viernes, 20 de noviembre de 2009

Cumpleaños de Cecilia


Era un miércoles del día 02 de julio estaba en casa por cenar y me llama Cecilia invitándome a una fiesta muy paqueta, era de su cumpleaños la fiesta, me comentó que la fiesta sería de vestir elegante, que ella me prestaba ropa, me insistieron tanto ella y Néstor, que acepté y fui a la fiesta de alta sociedad en casa de un prominente ejecutivo conocido de ella.

Me dijo que fuera muy bien arreglada con vestido de noche porque iba a haber mucha gente importante e influyente. Aunque no me animaba mucho la idea pensé que podría ser divertido, además hacía mucho tiempo que no salía a eventos de este tipo así que comencé a prepararme. Tuve que ir a la peluquería donde me rizaron mi cabello que quedó hermoso dejando caer una cola hacia atrás de mi cabeza y conseguí un vestido negro de seda con un profundo escote en la espalda y en la pierna derecha para poder moverme. El vestido llevaba un trenzado en los senos para servir de sujetador ya que no permitía el uso del mismo y solo una tira lo sostenía detrás de mi cuello.

Me coloqué unos guantes negros hasta los codos y unos zapatos altos, y para terminar un chal negro de tul y encaje para el frío. Esperé a mi amigo Néstor que me recogió en un lujoso automóvil y nos dirigimos a la fiesta. Al llegar fuimos recibidas por dos anfitriones quienes chequearon nuestros nombres mientras se acercaba un mesonero de negro con guantes blancos y nos ofrecía una copa de champaña. Pasamos por un largo pasillo con cuadros a ambos lados y de ahí a un enorme salón donde había alrededor de 500 personas conversando en grupos, sentados o caminando por allí o por allá.

Había varias entradas como comprobé después que llevaban a diferentes sitios de la gran casa. Mi amiga atinó a presentarme algunos conocidos de ellos sin embargo yo estaba exhorta viendo el despliegue de lujo y de los bocadillos que pasaban frente a mí, así como los vestidos y joyas de todas las grandes señoras que se pavoneaban por el salón. Entre saludos y saludos fuimos recorriendo el salón, cuando ya aburrida de tanto parloteo le dije a mi amiga Cecilia que saldría hacia la piscina. Cecilia me sonrió con mirada pícara dándome a entender que me deseaba suerte en mi cacería. Devolví la sonrisa, tomé mi cuarta copa y salí por unos amplios escalones que me llevaban a una terraza sobre la piscina. El cielo estaba despejado y la noche clara brillaba sobre el agua haciendo el lugar muy agradable.

En la otra esquina de la terraza había una pareja charlando, al igual que alrededor de la piscina, sin embargo mi mirada encontró un joven solo entre los árboles de pino detrás de la piscina. Llevaba un traje negro ceñido al cuerpo y caminaba lento como meditando, también con una copa en la mano. Parecía un muchacho normal y sin embargo no dejaba de llamarme la atención. Así que sin pena ni gloria decidí bajar a ver si podía abordarlo. Caminé bordeando la piscina para irme acercando y mientras más grande se hacía su imagen pude descubrir un hermoso hombre como de mi edad con una tupida cabellera castaña y unos ojos verdes que me perforaban. Ya estaba más cerca y sentía como la duda me ablandaba y no podía decidir que decirle. Lo que estaba segura yo que ya me había mojado mirándolo. Cuando logré alcanzarlo se volteó y me miró. Una mirada melancólica esbozó una sonrisa y siguió en sus pensamientos. Algo le pasaba. Así que me acerqué, me presenté dándole la mano, explicándole que no conocía
Nadie en la fiesta y que como lo vi solo, pensé en hacernos compañía. Él me miraba de arriba abajo devolviéndome el saludo y me dijo que se llamaba Héctor Díaz.

Comenzamos a charlar de trivialidades mientras bajamos por un jardín que bordeaba la casa. Se notaba que el conocía el lugar así que me dejé llevar por sus pasos. No estoy segura de entender que pasó después ya que nos encontramos sentados frente a un jardín diferente al anterior con unos arbustos de más de 1 metro de alto y cuando miré hacia atrás, noté que la casa, la piscina y la gente ya no eran visibles. Estábamos solo entre jardín que despedía una agradable fragancia, cuando Héctor me tomó de las manos y comenzó a sollozar mientras me contaba como la había decepcionado su pareja y ahora se encontraba entre la espada y la pared con cierto problema en su trabajo que no logré entender.

Traté de consolarlo por lo que lo abracé mientras acariciaba su cabello, y pude notar ese agradable aromo a hombre que tanto me gusta. Mis senos estaban pegados calentando nuestros cuerpos ya fríos por la noche, y lo ligero de nuestros vestidos. Nos separamos para quedar cara a cara. Sus ojos verdes me atravesaban otra vez mientras una diminuta lágrima bajaba por su mejilla dejando sus ojos brillantes. Con mis dedos sequé sus lágrimas antes de que dañaran su linda carita y cuando bajé la mirada para ver mis dedos sentí como sus labios se fundieron sobre los míos.

Fue un beso sorpresivo, instantáneamente sentí como mi cabeza se nubló, y un corrientazo recorrió mi cuerpo de arriba a abajo, estaba excitada de una extraña que no conocía y mi cuerpo respondió a su beso con tal ternura que no podía entender por qué no podía o no quería separarme. El me soltó dejando un suspiro en boca y con mis ojos cerrados escuché su voz tímida pidiéndome perdón. Tardé un segundo en reaccionar para decirle que no se preocupara que yo podía entenderla aunque la verdad no era así, y luego se escapó de mi boca el decirle que fue muy excitante… (Culpa del licor supongo). Entonces nos quedamos viéndonos unos segundos mientras sentía como trataba de acercarse nuevamente a mí y no pude hacer nada. Mis ojos se cerraron nuevamente para sentir la calidez de sus labios sobre los míos besándome. Fue un profundo beso, mientras su lengua recorrió todo mi interior y cuando lograba sacar la mía, se veía atrapada entre sus labios. Me sentía ahogada, sin voluntad, a su merced…

Sus manos comenzaron a recorrer mi espalda desnudo dejando pequeños latigazos de placer en su recorrido y cuando llegaron a mi cuello lograron soltar mi vestido que cayó sobre mis piernas, dejando mis senos libres al aire frío de la noche. Mis ojos seguían cerrados, y mi cuerpo era un mar de sensaciones emitidas por los dedos de el desconocido e intrigante hombre que me osaba recorrerlo con la yema de sus dedos como palpando cada centímetro de mi ser. Abrí los ojos y noté que me miraba como evaluando si podía continuar, traté de abrir la boca para hablar, pero solo salió mi lengua para humedecer mis labios y el comprendió que podía seguir. Colocó su mano sobre mi cuello y la deslizó hacia abajo entre mis senos solo para hacerme suspirar…

Su mano acarició mi abdomen y volvió a subir hacia mi pezón rozándolo suavemente. Tenía la piel erizada por el frío y por sus mimos, pero cuando sus labios humedecieron mis pezones una ola de calor comenzó a inundarme. Primero besó con sutileza mis pezones, para luego darle paso a las lamidas de su lengua húmeda. Yo estaba extasiada por su suavidad. Mi espalda arqueada hacia atrás y mis ojos cerrados me permitían sentir sus dientes apretando mis pezones. Con ambas manos juntó mis senos con fuerza y tenía más cerca cada pezón para estimularlos casi simultáneamente. Mis piernas flaqueaban cuando se levantó para soltar sus zapatos.

Soltó los broches detrás de los tobillos y se descalzó. Siempre mirándome sin desviar la vista. Yo seguía sentada con mis pechos al aire, así que abrí mis piernas y lo tomé por la cintura para acercarlo a mí. Mis manos fueron a sus tobillos para levantar su vestuario hasta encontrar los broches que sujetaban su pantalón,

Mientras yo disfrutaba con Héctor , Mi amiga Cecilia, pasándola bien con mi amigo Néstor en su cumpleaños en su habitación, dejando a todos los invitados que buscaran jueguitos eróticos.

Tendiéndola en cuatro pata ala Cecilia, cogiéndosela, la penetro mientras mamaba sus pechos, se volvía loca, con su mano masajeaba sus clítoris,
Néstor Nunca había visto semejante belleza en una vagina así que me demoré en admirarla. sus manos deslizaron su tanga por debajo de la rodilla y la dejaron caer, y su boca se acercó a esa maravilla que la hizo mujer. Su lengua comenzó a saborearla mientras sentía sus dedos soltar su moño del cabello para enredarse en la cabeza con Néstor y comenzar a jugar entre el. Poco a poco fui calentándola, hasta que la sentía más húmeda.


Se separó de Cecilia para dejar caer su vestido y quedar completamente desnuda frente a sus ojos. La noche brillaba sobre su piel blanca, y dos firmes y hermosos senos me llamaban como encantada. Su cabello café caía sobre sus hombros casi tapando la única prenda de perlas que engalanaban su cuello, y sus ojos negros penetrando la mirada con Néstor que lo intimidó mucho más.
. Cuando fue a quitarse los zapatos para sacar su faja, Cecilia se detuvo pidiéndolo que se los dejara. Néstor La vio sorprendida ya que quería estar desnuda para él también aunque solo le faltaran las medias. la acercó y la tomó de las manos y unimos sus cuerpos , siguieron sus brazos, y sus bocas cerrando en un profundo, pero apasionado beso. Mientras se besaba no dejaba de apretarle sus nalgas a Cecilia y Cecilia de acariciar su espalda.

Finalmente se separaron Néstor la acostó sobre la cama donde habían estado ellos. Luego pasó su pierna sobre de é l, para entregarle toda su vagina, y separó sus piernas para comerse el pene de Néstor. Metió su cabeza entre sus muslos para darle la mamada más delirante de toda su vida. Comenzó a chupar lentamente mientras halaba sus pelillos hasta que su lengua abrió sus labios ya húmedos y mostrarle una entrada palpitante por donde se coló su lengua. Mientras metía su lengua cada vez más adentro, sus labios apretaban mi pene mientras sus manos abrían cada vez más mis piernas. Yo lamía sus labios impregnados de su sabor mientras con una mano separaba sus nalgas y la otra penetraba su vagina, dos dedos primero comenzaron su vaivén. Luego bajé sus nalgas con sus manos para chupar su ano mientras 4 dedos entraban con frenesí por su vagina. Los movimientos eran rápidos y solo quería darle placer a Cecilia el día de su cumpleaños, pero su lengua dentro de mi pene y sus clítoris presionado por mis dedos no dejaban concentrarme.

En un respiro de ansias, saqué mi mano al mismo momento que saqué mi lengua, levanté sus caderas, para chupar su clítoris y una vez que lo tuve prisionero entre mis labios introduje lentamente dos de mis dedos en su ano. Ella no se lo esperaba y como mi lengua ya lo había dilatado entraron con bastante facilidad. Ensartada como estaba dejó de comerme por dentro para tratar de maniobrar, pero no la dejaría. Siguió un tercer dedo para expandir su ano, y noté como comenzó a convulsionar. Su explosión de placer estaba cerca. Yo no aguantaba más, ella comenzó a lamerme con desesperación

sus mano libre de Néstor levantó un poco más sus caderas a Cecilia y pudo meter sus mano en su vagina para penetrarla con dos y luego tres dedos. Sentía mis dedos calientes dentro de su cuerpo como se rozaban entre sí por cada orificio. De repente se contorsionó todo su cuerpo mientras gemía cada vez más fuerte y sentí como alcanzaba su orgasmo. Las piernas le temblaban y vibraba con locura, y como clavó sus uñas sobre sus piernas, fue el éxtasis. Quedó como muerta sobre mis piernas. Estaba helada, pero se levantó y volvió a abrir mis piernas ahora sentada frente a mí y comenzó a chuparme ahora más calmada. Su dulzura llegó de nuevo a mi pene , y sus dedos entraron nuevamente en mis ya hinchados labios para penetrarme mientras me chupaba, pero en esa posición le fue muy difícil alcanzar mi colita así que se concentró en mi pene .
su cuerpo se estiró hacia arriba y hacia abajo por lo que ella lo tomó por la cintura y le metió casi toda su mano dentro de él . El orgasmo sobrevino como una ola que lo inundó por dentro, electrizando cada parte del cuerpo. Cayo sobre cuerpo de Cecilia agotado por el delirio, y así se quedaron un rato... Solo en su respiración y la brisa lo acompañaban... En silencio se incorporaros para vestirse y tomados de las manos regresamos a la fiesta. Cuando llegamos ya estaba Cecilia con Néstor obvio yo con Héctor, yo le pedí la dirección a Héctor y juramos encontrarnos en una cama y amarnos, nos dimos un besito y regresé con mi amigo Néstor que ya me buscaba para irnos.


Zisbeth

2 comentarios:

  1. Gracias amiga x prestarme y ponerme en tu relato un bcito y a todos les digo q pueden encontrar mis relatos y el d mis amigos en www.porneias.com.ar .pasen.

    ResponderEliminar
  2. Buen relato, con lo que se leyo de la otra pareja, dan ganas de saber sobre el futuro encuentro de ella con Hector jejeje.

    Buenos relatos, por aqui me tendras leyendolos, te sigo.

    Un abrazo!

    ResponderEliminar