jueves, 28 de abril de 2011

Experiencia para no olvidar

El viernes por la tarde llego María para pasar el fin de semana, nos apetecía mas pasarlo en mi pequeño pueblo marinero, es más tranquilo y en su playa no hay tanta gente como en el Puerto; al entrar en casa soltó sus cosas, nos abrazamos y nos fundimos en uno de nuestros cálidos y dulces besos interrumpido por mi madre.
- Haber parejita no me pongáis los dientes largos y decidme adiós que ya tendréis tiempo de arrullaros.
Se iba a pasar el fin de semana a Marbella con su amante así que le ayudamos a llevar sus cosas al coche y nos despedimos de ella.
Después de darnos un largo paseo por la orilla del mar y ver el atardecer fuimos a un bar de pescadores donde puedes comer cosas exquisitas pescadas pocas horas antes, nos divertimos mucho con un grupo de pescadores que había en el bar algunos me conocen desde pequeña y de otras ocasiones también conocían a María, son personas sencillas pero a nosotras nos gusta mucho hablar con ellos, si su filosofía de vida la aplicáramos a nuestra existencia el mundo sería un lugar donde se podría vivir sin pensar tanto en la ambición de poseer cosas materiales. Nos despedimos de ellos y sobre todo de mi amigo Curro, así se les llaman en el sur a los Francisco, pues Curro es un viejo pescador que esta prácticamente ciego voy muchas veces en su busca para llevármelo de paseo cerca de los pesqueros atracados, es donde mas le gusta estar y yo quedarme embobada con sus aventuras e historias vividas en la mar, quiero mucho a este viejito entrañable y bondadoso.
Nos fuimos para casa con el anhelo de estar solitas en nuestra intimidad, sentadas en el salón nos besamos durante largo tiempo hasta que el deseo nos llevo al cuarto a perder la noción del tiempo fundidas en nuestro amor.
El sábado nos levantamos temprano e hicimos miles de cosas, entre ellas nos pasamos gran parte del día en la playa, nos bañamos, jugamos y como siempre nos divertimos como niñas chicas, ante la mirada de los demás que pensaran que estamos locas, comimos en un chiringuito y cotorreamos sin parar hasta nos hicimos amigos de un matrimonio ingles que ayudamos a entenderse con el camarero después nos sentamos todos en la misma mesa hasta bien avanzada la tarde.
Después de la ducha y mientras nos poníamos el after sun, contemplaba a mi niña, me quedo extasiada viendo su linda figura, tan hermosa y sexi por las marcas del bikini, no puedo reprimir comérmela a besos.
Así pasamos el resto del sábado, entre besos, caricias y sintiendo los placeres que generosamente nos regala nuestro amor hasta que rendidas nos quedamos dormidas abrazadas y envueltas en nuestros aromas.
El domingo, muy temprano, sonó el móvil de María, una paciente suya que estaba ya fuera de cuentas iba camino del hospital para dar a luz, así que deprisa guardo sus cosas y se fue.
Despedí a mi niña y quedamos en llamarnos, frustrada de que se fuera de forma inesperada entre en la casa y ante una taza de te pensaba que hacer, mi madre no estaba así que ya se me ocurriría algo, al rato sonó el teléfono era María que me llamaba desde el coche, hablamos un poquito, pobre mía también estaba muy contrariada, quedamos en que me llamaría cuando saliera del parto.
El día amaneció con una ligera brisa de poniente estaba muy agradable, pensé en ir a buscar a mi amigo Curro para dar un paseo pero vino a verlo su hija para pasar el día, mis otras dos amigas sabía que no estaban por lo que me volví a casa y pensar que hacer, la rápida marcha de María me había dejado un poco despistada.
Como estoy sacándome el titulo de patrón podía aprovechar para dar un repaso, me fui para el muelle me gusta mucho sentarme en uno de sus bancos a contemplar el mar acurrucada en mis pensamientos teniendo de fondo el chapoteo de los barcos atracados, el gemidos de los cabos al tensarse por el cabeceo y el tintineo de sus aparejos, hacen que me suene a música celestial, mi espíritu se sumerge en un estado de paz absoluta. Me encontraba sumida en mis pensamientos cuando una voz me saco de ese estado e incluso me sobresalto un poco por lo inesperada.
Al principio no sabía quién era pero me sobresalte mas cuando comprobé que era Ignacio que al ver el respingo que di sonriendo me pidió disculpas por el susto que me había dado, le pedí perdón por no haberlo oído llegar.
Mi mente se puso a toda caldera y creo que me ruborice al pensar que lo que tanto había anhelado estaba sucediendo y se me notaba, ya no era un hola y adiós como siempre, esta vez se dirigió a mí y me pregunto si se podía sentar a mi lado, a lo que accedí.
Me dijo que me vio con una amiga y que como es que estaba sola, le conté lo ocurrido y entonces me dijo que si quería nos sentábamos en la cubierta de su barco a tomar algo y nos hacíamos compañía, acepte y nos fuimos para el pantalán cercano donde estaba atracado.
Su barco siempre me llamo la atención por lo bonito que es, su casco clásico pintado de blanco con el puente de madera barnizada, a parte que es muy grande, me dijo al preguntarle que tiene 52 pies de eslora, me enseño el interior, la cabina con todo tipo de GPS para la navegación por satélites, radar, anti colisión, etc. Su amplio y luminoso salón, el camarotes del armador o principal en proa mas dos de invitados, los aseos muy amplios con duchas, la cocina que al modificar el interior la puso independiente y a la que no le falta un detalle, es espectacular y amplio no me extraña que viva en él además lo tiene todo tan ordenado y limpio que da gusto verlo.
Nos sentamos en popa y me estuvo preguntando que estudiaba y al decirle primero de biología me dijo que como siendo tan joven ya estaba estudiando una carrera, le dije la edad que tenia y no se lo creía al principio, sonriendo dijo que él era ya un viejo comparado conmigo, respondí que no me lo parecía y me pregunto qué edad creía que tendría, llevo fatal eso de calcular la edad de un chico así que pensé que lo mejor era tirar por bajo, le respondí que le calculaba sobre treinta a treinta y dos, soltó una carcajada y me dijo que treinta y seis.
La verdad que no parece que tenga esa edad al menos a mi no me lo parece, Ignacio es un hombre que calculo medirá entre 1,80 y 1,85, delgado muy fuerte pero sin músculos exagerados, pelo castaño claro muy largo y ligeramente ondulado, ojos grandes y penetrantes color miel, bonita boca de labios carnosos con alegre sonrisa que dejaban ver sus blancos dientes, manos curtidas de dedos largos y un culito respingón ummm madre mía para comérselo.
Me pregunto que como tenía un libro sobre náutica le conteste mi intención de ser patrón por lo que me dijo que si tenía dudas me podía ayudar, él es marino mercante, respondí que claro que me podría ser de gran ayuda porque hay cosas bastante complicadas que no entiendo muy bien, mientras hablaba se soltó el pelo que lo llevaba en una coleta, guauuu me salió sin pensar que estaba muy guapo con el pelo suelto, como respuesta me lanzo una maliciosa mirada y una leve sonrisa.
Pensé de inmediato que tenía que tener calma y no dejarme llevar por mis impulsos por mucho que me apeteciera tampoco era plan que se notara.
Me propuso soltar amarras e ir a navegar, a pesar del poniente que había la mar estaba prácticamente en calma, en la maniobra de desatraque se notaba la potencia de sus motores, cuando entre en la sala de maquinas para verla aquello parecía un quirófano de la pulcritud, los dos enormes motores parecían recién puestos.
Cuando salimos de la bocana puso los motores avante media y es una maravilla como navega el barco, se hizo a un lado para dejarme sitio en el amplio sillón de mando y me senté a su lado, tenerlo tan cerca y sentir su calor me erizo un poco el pelo, me fue explicando algunos detalles de los instrumentos de navegación e incluso, ya en mar abierto, me tomo una mano la puso sobre el timón para que me hiciera cargo del barco, se levanto, se puso detrás de mí y me dijo:
- El barco lo gobiernas tu haber que has aprendido hasta ahora.
Decidida aferre mis manos a la rueda para seguir sus indicaciones y tonta de mi tratar de impresionarlo, me fue indicando diferentes rumbos que trace bien pero al indicarme virar 180 grados ya metí la pata no puse una de las palancas del motor en la posición correcta para ayudar al barco a realizar la maniobra correctamente, me corrigió dando todo tipo de explicaciones de los errores cometidos y tomo el mando.
Decidimos fondear como a media milla de la costa al amparo de un espigón para comer algo porque el hambre empezaba a ser grande, preparo una ensalada y una carne muy rica.
Cómodamente sentados en popa hablamos de de muchas cosas y entre ellas que conoció a mi padre poco antes de separarse y que se alegra mucho de verlo cuando viene a pasar unos días, de mi madre lo activa que es y los reportajes fotográficos tan buenos que hace que él sigue aun siendo de moda y por si fuera poco su simpatía e increíble belleza, para terminar diciendo que se notaba muy bien que yo era su hija, por un lado me gusto pero por otro temía me tratara como tal.
Agradecí los cumplidos y le pregunte que si estaba o había estado casado, respondió que estaba divorciado, hacía varios años el no poder tener hijos lo contrario mucho pero él no es fértil, vio muchos médicos pero no había solución y aun que este no fue el motivo de la ruptura, con cierta tristeza, me dijo que también influyo.
Me pareció notar que se le humedecían los ojos y me conmovió ver un hombre tan fuerte y seguro de sí mismo ser tan sensible, sentí un deseo enorme de abrazarlo y con su cabeza en mi pecho acariciarlo y trasmitirle la ternura que sentía por él en esos momentos.
Al rato de estar sentados sonó mi teléfono era María, me contó que el parto había ido muy bien y había traído al mundo una preciosa niña, me pregunto que había hecho, al decirle que estaba en el barco con Ignacio lazo un grito que no se si llego a sus oídos, quedamos en hablar después y nos despedimos, mientras hablaba, se quito la camisa con disimulo y escondida en mis oscuras gafas de sol observe sus fuertes brazos y contorneados hombros el pecho prácticamente sin bellos donde resaltaban sus pectorales con diminutos y oscuros pezones, el vientre plano marcado ligeramente por los abdominales y su estrecha cintura lo que continuaba bajo el pantalón dejé a mi imaginación que lo adivinara segura que sería perfecto
Disimuladamente, aparentando estar sofocada por el sol desabroche dos botones de mi fina blusa y con un leve movimiento la ahueque para tratar que mis pechos fueran ligeramente visibles.
Me hablo de la temporada de pesca con las personas que lo contratan para tratar de pescar un gran ejemplar de atún, hacerse muchas fotos con el trofeo y poder de esa forma presumir con los amigos. Le comente que tenía entendido que es muy complicado la pesca de esos enormes peces, me hablo con todo lujo de detalles el proceso desde que muerde el señuelo hasta que es izado al barco, la importancia de mantener el barco a los nudos justos para que el atún no busque el fondo o se oxigene porque entonces se multiplica el tiempo de captura que para uno de buen tamaño suele ser cuatro e incluso seis horas, me sorprendió que fuera tanto.
La tarde comenzó a caer y decidimos volver a puerto disfrutando durante el regreso de la puesta de sol, es alucinante el colorido del horizonte hasta que se sumerge en el mar.
Durante el atraque me explico paso a paso la maniobra para dejar la popa enfrentada al pantalán con la ayuda de la hélice de proa. Salte a tierra e hice el amarre siguiendo sus indicaciones y haciéndome una buena rozadura con los cavos, cuando lo aseguro de proa fue por una crema y tomando mis manos las unto y masajeo suavemente diciendo sonriente que esas manitas eran muy delicadas para un marinero.
Después de dar las gracias por el día tan agradable, insistió en aclararme cuantas dudas tuviera con mis estudios de náutica por lo que quedamos para el martes a eso de las tres de la tarde para traerle las dudas que tuviera, sus carnosos labios besaron mi mejilla y me despedí hasta el martes.
De camino a casa pensaba como un día que se presentaba un tanto aburrido había cambiado de esa forma y nada menos había estado con él, estaba loquita por contárselo a María y mi madre, sabia lo contenta que se pondrían.
Entre en casa y mi madre no había vuelto todavía así que llame a mi niña que estaría impaciente porque le contara como había sido el encuentro que tanto deseaba y lo inesperado que había sido.
Se alegro muchísimo y no paro un momento de dar gritos de alegría, puede que resulte difícil de comprender que dos personas que se aman de una forma tan grande no sientan celos e incluso fuera motivo de enfados, con toda seguridad que nos sentiríamos traicionadas si fuera otra mujer, me moriría si eso llegara a suceder y lo mismo le pasaría a ella, en ese sentido estamos muy tranquilas de nuestra fidelidad, en cambio si es un chico nos es indiferente, ella me cuenta al detalle las cosas de su amante y juntas revivimos esos momentos
No paro de decirme lo que tenía que hacer en mi próximo encuentro para conseguir lo que quería y como siempre las bromas no tardaron en hacer que nos partiéramos de risa con las picardías que decíamos. Como siempre dejamos todas las cosas a un lado para decirnos dulces palabras que hacen que nuestros corazones se estremezcan de amor y despedimos con un TE QUIERO AMOR MIO. Siempre que desconecto el teléfono, después de hablar con María, tardo varios segundos en reaccionar y volver al mundo real.
Cuando estaba a punto de salir del cuarto de baño después de la ducha, entro mi madre como un torbellino para darme un beso y saber como habíamos pasado el fin de semana, le dije lo inesperado de la partida de María pero lo que había sucedido después, le tuve que contar todo con detalle, luego me conto como lo había pasado con su Gianni, en sus ojos veía que venía llenita, nos reímos por las cosas que le dije para continuación decirme:
- Nenita cada día estoy más contenta de que María y tú tengáis una relación tan hermosa que hayáis sabido entender vuestra bisexualidad para que la podáis vivir libremente y me alegra que tu apetito sexual se haya despertado por fin, estaba preocupada de verte tan indiferente, a lo que le conteste:
- Mami María y yo tenemos muy claro nuestro amor que está por encima de todo pero las dos comprendemos muy bien y aceptamos que nos apetezcan también los chicos, cuando nos contamos nuestros escarceos amorosos lo hacemos como dos buenas amigas que se cuentan todo, como tú y yo hacemos que no tenemos secretos de ningún tipo. La verdad mami que mi apetito sexual a despertado y de que manera. ¿A que a ti también te gusta mucho tener tu chochito contento?
Entre besos, mimos y risas pasamos un buen rato abrazadas mientras murmuraba:
- ¿Esta noche me vas a dar un concierto de gemidos antes de dormir?
- Mira quien fue hablar, le respondí.
Nuestros cuartos están contiguos y además nunca cerramos las puertas a parte que son muchas las noches que dormimos juntas, en su cama o en la mía.
Acostada pensaba que no podía perder la oportunidad que se me había presentado y la duda de si yo le gustaría, podría ser que no fuera el tipo de mujer que despierte sus deseos así que tenía que desplegar todas mis armas para conquistarlo, como siempre antes de dormir mis últimos pensamientos van en busca de mi niña y acurrucada en el amor que siento por ella me fui quedando dormida.
El lunes fue un día agotador entre que paso toda la mañana estudiando, el ballet y la cantidad de horas de clases seguidas llegue a casa un poco cansada y con ganas de darme una larga ducha que me relajara, al entrar mi madre estaba al teléfono hablando con mi padre, a pesar de estar separados la relación que tienen es muy buena cuando va a Italia por trabajo si él no anda perdido por uno de los circuitos del mundo se ven y cuando viene en vacaciones se queda en casa.
Me paso el teléfono y hable un rato con él, como siempre tan cariñoso y divertido preocupándose por nosotras, me dio una alegría cuando me dijo que nos veríamos pronto ya que tenía que venir al circuito de Jerez para unas secciones de pruebas así que los días que estuviera se quedaría en casa. Al despertar me sigue gustando ir a su cuarto y meterme en medio de ellos como hacía de pequeña para que me den mimos.
Después de la ducha hable un buen rato con María y me dijo que el jueves se iba a Paris a un congreso medico, si no fuera por las clases me iría con ella pero ya casi al final del curso es imposible por lo mucho que tengo que estudiar, me daba un poco de rabia no poder ir.
Durante la cena nos contamos lo que habíamos hecho durante el día, como tuvo que ir a Sevilla también estaba cansada así que decidimos irnos a la cama, esa noche me fui a dormir con ella.
Me lleve mi pequeño portátil para pasar a mis notas las cosas y pensamientos del día mientras mi madre leía, termine y después de hablar un buen rato el sueño nos fue entrando y las dos muy acurrucadas nos fuimos quedando dormidas.
A la mañana siguiente, de vuelta de nuestra carrera por la playa nos encontramos con Ignacio, también es de los que se levantan al alba, nos paramos porque mi madre hacia algún tiempo que no coincidían y me dio un poco de rabia porque prácticamente no me hizo ni caso, solo al final se dirigió a mí para decirme que me esperaba después para explicarme todas las dudas que tuviera con el curso de patrón.
Nos conocemos tan bien mi madre y yo que rápidamente sabemos los que nos pasa y me dijo:
- No tomes en cuenta si no se ha dirigido a ti como esperabas pero hacía tiempo que no nos saludábamos y como hombre muy educado que es ha estado más atento conmigo, así que no lo tengas en cuenta.
- Tienes razón mami pero no sé por qué creía que sería diferente desde el otro día, como estuvo tan simpático.
- Ya nenita pero si tanto te atrae tienes que demostrarle la mujer que eres y ser discretamente seductora y hasta un poquito picara, veras como despiertas su interés pero siempre con mucha delicadeza y discreción que no piense que cuando él quiera tu estas dispuesta, hay hombres y estoy segura que él es de esos, que les gusta seducir a la mujer, ten en cuenta que te conoce desde niña y te sigue viendo como tal pero ahora tú tienes que demostrarle que esa niña que conocía ya es una mujer. Cuando luego os veáis demuéstrale que solo vas a que te explique tus dudas sobre náutica porque te lo ha ofrecido y no por otra cosa, eso que lo tenga claro pero no olvides ser ligeramente seductora en determinados momentos, eso les atrae y les da de pensar.
- Mami de todas formas una cosa es que me apetezca acostarme con él, la verdad no sé porque me atrae tanto, será que lo veo tan misterioso, tan hombre y para colmo tan guapo, ahora para llegar a eso tengo que estar convencida y segura después de tratarlo unos días, recuerda lo que me paso con el tonto aquel.
Como era de esperar las bromas y las picardías fue el motivo de reír sin parar durante el resto de la sobremesa del desayuno y nos encontró Luisa, la señora que de toda la vida viene a hacer las cosas de la casa, a las dos riendo sin parar.
Mi madre tuvo que salir a hacer sus cosas y yo me puse a estudiar como todas las mañanas. Sobre la una termine y me quede tranquilamente en el jardín, en esta época esta precioso con tantas flores, ella estaría a punto de llegar para comer juntas.
Después de comer me arregle un poco, prepare los apuntes que me llevaría y me fui para el puerto, caminaba tranquila y segura que esa tarde no pasaría nada de lo que yo pretendía, entre otras cosas porque como bien me dijo mi madre él me conoce desde pequeña y es posible que todavía me siga viendo como aquella niña que conoció.
Estaba sentado en la cubierta de popa leyendo al acercarme a la pasarela levanto la vista me saludo muy sonriente, note por sus gestos que le daba alegría verme, como persona muy educada se levanto y alargo la mano para ayudarme a subir a bordo, el vaquero que llevaba puesto le quedaba perfecto y se podía adivinar su estilizada figura, camisa blanca con varios botones desabrochados dejando entre ver un pecho robusto y bronceado, el pelo suelto, cosa rara casi siempre va con su coleta y pensé si seria por haberle dicho que estaba muy guapo, bueno no quería pensar en nada de eso yo estaba allí por su ofrecimiento de aclararme dudas.
Después de intercambiar saludos y decirme que le encanto encontrarnos por la mañana así pudo saludar a mi madre que hacía algún tiempo que no veía dijo que se quedo sorprendido del parecido tan grande que tenemos y dijo:
- Cuando os vi alejaros pensé que podíais pasar por hermanas tenéis la misma figura, sois perfectas las dos.
Di las gracias por sus galanterías hacia mi madre y continúo diciendo:
- No lo digo por ella solo es que tú te has convertido en su viva imagen, todavía recuerdo cuando lo enredabas todo de niña y ya eres toda una mujercita preciosa.
Nuevamente le di las gracias y eso de mujercita pellizco mi ego. Me pidió me quitara las gafas de sol, la claridad me hirió y casi tuve que cerrar los ojos.
- Tienes sus mismos transparentes y hermosos ojos azules, es sorprendente como os parecéis.
Note como el rubor subía a mi rostro, al notar mi incomodidad cambio de tema y nos dispusimos a repasar mis dudas
Consultando mi cuaderno le fui exponiendo cuales eran, me las fue explicando y enseñándome algunos trucos para recordarlas que fui anotando con detenimiento, después pasamos a la cabina y me explico con todo detalle lo referente a navegación por GPS, que por cierto es bastante complicado, tome nota de todo para después poderlo estudiar. Todo esto nos llevo bastante tiempo porque es muy meticuloso en sus explicaciones y sobre todo muy ameno en las exposiciones lo que hace que las comprenda con facilidad, fueron muchas las páginas que escribí para que no se me olvidara nada y después poder repasar.
Cuando me estaba explicando todas estas cosas tenía que concentrarme bien porque mi mente se distaría pensando en lo guapo y viril que es, su voz clara de tono muy agradable y con el deje andaluz que es tan divertido.
Cuando terminamos quedamos que el jueves, que es otro de los días que no tengo que ir a la facultad, me propuso hacer prácticas de lo explicado saliendo a navegar así ya no se me olvidaría.
Después nos quedamos hablando de muchos temas, entre ellos lo referente a la edad, al hacer alusión a la nuestra y decirle yo que para mí el número de años no es la prioridad para estar con un chico, entre ciertos límites claro, puse su ejemplo y le dije:
- Para mi tu eres un chico, con el que no tendría ningún prejuicio en tenerte entre mis amigos, con el que saldría a cualquier parte sin pensar que eres demasiado mayor, a mis ojos serias igual que uno de ventidos no veo porque la diferencia de años tenga que ser determinante para la amistad o lo que sea.
Eso lo turbo un poco y estoy segura que sus mente se puso en marcha cuando le dije “para la amistad o lo que sea”, esa fue la primera oportunidad de lanzarle una puyita.
Nos despedimos hasta el jueves y dando un paseo me fui para casa segura que había dado el primer paso y tengo que reconocer que me apetece muchísimo acostarme con él, lo veo tan diferente a los demás que conozco tanto del pueblo como de la facultad que francamente no sabría decir por qué pero lo cierto es que cuanto más lo conozco más me gusta y me apetece, además me inspira tanta confianza su forma de ser.
El jueves fue un poco decepcionante porque cuando estábamos a punto de soltar amarras lo llamaron por teléfono de la Cofradía de Pescadores para una reunión. Está promoviendo la renovación de algunos barcos que son muy viejos por nuevos, subvencionados con fondos de la comunidad, son para pescadores con muy pocos recursos económicos, de él partió la idea y se encarga de todos los tramites, según me conto después porque se fue aprisa y corriendo.
Me quede un rato en su barco pero me fui enseguida no tenía la suficiente confianza con como para estar sola abordo.
Un poco cabizbaja me fui para casa, mi madre había salido por la mañana y sabía que no volvería hasta última hora así que si mi niña no estaba pasando consulta en ese momento hablaría con ella un ratito.
El viernes de regreso de nuestra carrera diaria estaba pendiente de ver cuando pasábamos, al vernos hizo una señal, al acercarse y saludarnos me volvió a pedir disculpas por tener que irse de repente, así que durante el fin de semana haríamos las practicas que no pudimos hacer si yo estaba disponible, acepte y nos despedimos.
Durante el desayuno mi madre con ironía me dijo:
- Nenita los tienes en las manos no hay más que ver cómo te miraba y hablaba, estaba hasta nervioso fíjate que no te ha dicho a qué hora quedar, la verdad que esta buenísimo y no me extraña que te guste tanto, que polvo tiene.
Cualquiera pensaría que es amor de hija pero es que mi madre es una persona increíble para todo, el grado de confianza es total para todo.
Lo cierto es que no me había dicho la hora a la que zarparíamos pero bueno luego antes de ir a la facultad me acercaría al barco para averiguarlo. Antes de irme fui y no estaba le deje una nota con mi teléfono en el buzón que tiene puesto en su pantalán y me fui.
Cuando iba de camino sonó el teléfono y era Ignacio para decirme que si me parecía bien sobre las diez, dije que sí y me dijo que iríamos a un lugar donde solo se puede llagar en barco que me iba a encantar, hasta por teléfono su voz es bonita.
Como todas las noches hable con María que se iba a Paris al día siguiente y regresaría el lunes por la tarde, me dijo que le tenía que contar todo todo, que me llamaría cuando saliera de las secciones del congreso y que desconectaría el teléfono hasta esa hora, después hablamos de nuestras cosas y las dos nos ponemos muy mimosas con las cosas que nos decimos.
Le di un buen repaso a las notas que tome para que viera el interés que tenia y como siempre me quede dormida pensando en mi amor e imaginando que estaba en sus brazos envuelta en su perfume y la calidez de su piel.
El sábado amaneció un día esplendido, esos días de mediados de Mayo son muy luminosos y reflejan con mucha intensidad el azul del mar.
Los sábados que mi madre se va a Marbella no hay sobremesa de desayuno ya tenía preparadas sus cosas para irse, nos despedimos y yo no sabía qué cosas llevarme así que guarde un par de bikinis, un vestido de algodón para poner sobre el bikini, un par de pantalones, ropa de abrigo por si a caso y mis cosas de higiene, todas las cremas solares, mi cuaderno de notas y un par de gafas de sol de repuesto por si a caso me hacían falta que si ellas no puedo estar y mucho menos en esta época.
Al ver que me aproximaba desembarco y vino a recibirme, estaba vestido con unos pantalones cortos color burdeos camisa azul marino y su pelo recogido con la cola de caballo, automáticamente pensé Dios que guapo es, no me canso de repetirlo, nos saludamos y con su galantería habitual me cedió su mano para subir, una vez abordo solté mi bolsa y nos dispusimos a zarpar.
Los motores ya estaban en marcha así que soltamos amarras y zarpamos, a la salida de la bocana me dijo que las cosas que me iba a ir diciendo ya me las había explicado, quería comprobar si las había entendido, me indico unas coordenadas para introducir en el GPS, las marque bajo su atenta mirada, con una sonrisa de aprobación me hizo sitio a su lado en el sillón de mando para que me hiciera cargo del timón, me marco el rumbo y puse los motores avante media.
La mar estaba en calma y el silencioso ronroneo de los motores permitía oír como la proa del barco rompía el agua, a pesar de la calma me fue explicando cómo encarar las olas, me hizo virar a babor y estribor, virar 180 grados a ambos lados que ejecute de forma impecable, cada maniobra bien hecha me la premiaba apretando su cuerpo contra el mío siempre sonriente y diciendo bien por mi capitana.
A pesar de su aspecto duro es tremendamente alegre y divertido, el tono de su voz es clara muy agradable con la sonrisa permanente en la boca que dejan ver sus bonitos dientes color marfil, me imagino que Ignacio enfadado tiene que ser temible sus facciones duras y su mirada penetrante ha de ser para echarse a temblar si se enfada, en eso me recuerda a mi padre que es todo dulzura y alegría pero cuando se enfadaba por alguna de mis travesuras no sabía dónde meterme.
Estaba encantada de patronear un barco tan grande y con la amena compañía de mi simpático y guapo amigo.
A eso de la una pm, arribamos al lugar escogido por él, fondeamos y me quede fascinada del azul y la transparencia del agua por su fondo rocoso, la temperatura era estupenda para darse un baño, entre a ponerme el bikini, me mire cien veces al espejo para ver como estaba, al salir estaba ya con su traje de baño tipo pantalón cortito de colores vivos, su figura atlética de pura fibra, algo de suave bello en las piernas rubios por el sol y su culito respingón ummm pensé dos millones de cosas en un momento.
Abrió el espejo de popa y una plataforma quedaba a ras del agua, me dio unas gafas de buceo un tubo de respirar y nos zambullimos en el mar, la transparencia era tan grande que podíamos ver a mucha distancia las maravillas que había bajo el agua, estuvimos bastante tiempo buceando y al salir la suave brisa me hizo sentir frio, al darse cuenta tomo una toalla enorme, imagino que se las compra a su medida, me envolvió en ella frotando mi espalda, fingí tener mucho frio y con disimulo me acerque buscando su calor, sus brazos me rodearon contra su pecho en un delicado pero enérgico abrazo, me separo un poco de su pecho mirándome a los ojos fijamente, vi que estaba indeciso y trate de facilitarle lo que su mirada me decía, reacción y continuo frotándome con la toalla diciendo cosas divertidas como este pollito chiquito tiene frio y cosas de ese estilo, por su aspecto creo que nadie pensaría que fuera tierno.
Nos enjuagamos en la cubierta y entre a ponerme la tonelada de crema que necesito para sentarme al sol todavía no estoy lo suficiente morena y tengo que tener cuidado.
Al salir, en una pequeña mesita había una botella de vino blanco muy frio con algunas cosas de picar y dos copas, sirvió un poco de vino en cada una y levantando su copa hizo un brindis por la futura capitana más linda que surca los mares, yo lo hice por el mejor instructor y capitán del mundo, bebimos y mis pensamientos fueron en busca de María durante unos segundos quería hacerle llegar lo que estaba disfrutando con la belleza del mar y la agradable compañía de Ignacio.
La fina tela del bañador y la postura que tenia sentado, totalmente relajado, ajustaba el tiro del traje de baño entre sus piernas un poco separadas, el bulto era enorme, con disimulo miraba oculta tras mis oscuras gafas, por mi mete pasaron infinidad de conjeturas y maldades que hizo que se me escapara una sonrisa, se dio cuenta y me pregunto a que se debía, le respondí que estaba muy a gusto en aquel entorno y por supuesto en su compañía, por lo que me dio las gracias por el cumplido.
Siempre soy un poco cuidadosa con mis posturas cuando estoy con un pantalón fino y ceñido o en bikini los gorditos labios de mi vulva se marcan mucho, como mi niña dice somos dos chochonas, pero esta vez entre abrí un poco las piernas para atraer su mirada que a pesar de no poder ver sus ojos por las gafas de sol estoy segura que más de una vez había mirado, me propuse utilizar mi artillería para atraer su atención como fuera.
Tras bebernos nuestras copas me pregunto si tenía hambre y respondí que mucha se levanto fue a la cocina y yo detrás de él, abrió el horno donde tenía un besugo prácticamente a punto que metió para que se cocinara lentamente mientras nos bañábamos. El olor era estupendo y mis jugos gástricos se pusieron en marcha rápidamente. En la cubierta al sol desplego una mesita y coloque con esmero todo lo necesario para comer, el pescado estaba exquisito por lo que propuse un brindis por el gran cocinero y anfitrión.
La comida transcurrió de lo más amena sin parar de hablar, es un conversador nato, me conto cosas de cuando era capitán de un gran petrolero, fue el capitán más joven al mando de un barco de ese tipo, la cantidad de anécdotas que tuvo durante ese periodo e incluso del naufragio que sufrió por culpa de un carguero ruso que los abordo con la suerte que en ese momento solo llevaban lastre en las bodegas en vez de petróleo de lo contrario hubiera sido muy grave porque se partió en dos por el impacto tan grande. A pesar de todo estuvo dos mese hospitalizado por las lesiones que se produjo en un fuerte golpe, después estuvo en un crucero muy poco tiempo y finalmente decidió dejarlo.
Se compro este barco que había sido requisado por transportar drogas, lo reformo entero y decidió vivir en él en un lugar tranquilo y de buen clima. Durante el verano lo contratan para salir de pesca, es un gran conocedor de las zonas donde se pueden capturar ejemplares de gran tamaño, entre los pescadores del pueblo está muy considerado como buen pescador, en más de una ocasión he oído hablar de él las veces que me voy al bar para pasar un rato con mis amigos pescadores.
La gente que lo contrata para salir a pescar es de diferentes países incluido algunos españoles pero sobre todo alemanes, me dijo que ya tiene lista de espera para el próximo verano así que se pasara el día en la mar, de broma le pregunte que si podíamos ir María y yo como ayudantes y me respondió que por supueto que le vendría muy bien la ayuda. Seguro que le encantaría cuando se lo contara porque mi niña es de las que se apunta a un bombardeo y sobre todo si es en el mar, hasta en eso coincidimos.
Después de la sobremesa ordenamos todo, lavamos cubiertos y platos y dejamos la cocina impoluta, tiramos por la borda los restos de pescado y las gaviotas aparecieron como por arte de magia disputándose cada miga con sus fuertes graznidos, en broma le dije ya sabían lo buen cocinero que era, a pesar de mis sesenta y tantos kilos me levanto por el aire con una facilidad asombrosa a la vez que les gritaba: gaviotas aquí tenéis un sabroso pescadito rubio con los ojitos azules, es divertido y juguetón como un niño.
Nos sentamos de nuevo y me siguió contando cosas; esta vez sobre sus jornadas de pesca, tanto solo cuando sale en busca de un gran atún rojo como con las personas que lo contratan, mientras me hablaba, con un cepillo de púas blanditas trataba de desenredarse el pelo, le pedí me dejara y tras él comencé a desenredar su abundante y tupida cabellera, mientras seguía hablando le iba abriendo el pelo por capas para peinar la enmarañada melena. Cada vez su voz era más pausada lo que me indicaba que le gustaba así que me recree con cada mechón con el cuidado de no darle tirones y acariciarlo con mi mano.
Finalice poniéndome delante de él para dar los últimos toques, me dijo que se lo iba a cortar porque lo entretenía mucho, le respondí que no se le ocurriera que así esta guapísimo. Con una sonrisa maliciosa me miro fijamente, me tomo de la mano y tirando de ella me sentó en sus rodillas, con mi cara entre sus manos beso mis labios brevemente. Le correspondí con uno más largo para que supiera que deseaba sus besos.
Abraza a su cuello bese sus deseables y carnosos labios sintiendo a cada instante como mi deseo aumentaba, abrazados, una de sus manos acariciaba mi cuello que fue bajando hasta mi pecho y comenzó a rozar mis pezones con el dorso, me desabroche el sujetador del bikini y guie su mano por debajo para sentir con toda intensidad sus caricias en mis pechos.
Le quite la camisa para contemplarlo, deslizar mis manos por la suavidad de su piel y sentir su pecho en contacto con el mío, los besos se volvieron mas apasionados y profundos, sus caricias y besos hicieron que me agitara de deseo, sentir sus dientes morder delicadamente mis pezones me aceleraba respiración y el deseo de tenerlo en mis brazos.
Me levante de sus rodillas, extendí la mano, tire ligeramente y solo con la mirada comprendió que le pedía que me siguiera. Se levanto me tomo en sus brazos y abrazada a su cuello sin dejar de besarlo, entramos camino del camarote de proa. Le pedí me diera un minuto y entre en el baño, la humedad por la excitación traspasaba ya las braguitas del bikini y mientras lavaba mi intimidad me entro el temor que fuera como la vez anterior, pensé que al menos no me tenía que preocupar que usara condón, decidida salí del baño a estar con el hombre que tanto me apetecia.
Al verme desnuda, sus ojos recorrieron mi cuerpo para terminar clavados en los míos, casi susurrando me dijo:
- Eres preciosa. ¿Estas segura que deseas hacerlo?
- Muy segura, le respondí con firmeza
Casi tumbada a su lado acaricie su rostro, bese sus entornados ojos y mejillas, lami sus entre abiertos labios y los bese, entre besos recorrí su pecho hasta encontrar sus pezones que chupe y mordí con dulzura, su pecho se inflaba y desinflaba por la agitada respiración, baje por su vientre besando cada centímetro de su hermoso torso. Dulcemente lo empuje para que girara sobre si mismo, mi mano tiro del bañador que él se quito del todo permitiéndome contemplar el espectáculo de su desnudez, su ancha y morena espalda torneada por su musculatura contrastaba con el más claro y ligeramente rosado de su redondo, respingón y duro culito pero a la vez suave y sin bellos, parecía el de un bebe gigante.
Me recree mirando la belleza de su escultural cuerpo. Tumbada sobre él bese sus hombros, cuello y nuca, me incorpore para besar cada vértebra hasta llegar a sus nalgas y acariciar su redondez, bese lamí y mordí los rosquitos en la unión con sus muslos. Sin poder soportar más su excitación se puso boca arriba, tiro de mí y me abrazo contra su pecho susurrando tiernas palabras y beso mis labios con infinita ternura.
Solo un instante tuve para ver su erecto pene reposando sobre su depilado pubis antes de que sus brazos me llevaran sobre su pecho para abrazarme. En mi retina quedo grabado lo que no podía creer, tenía que ser un espejismo.
Volví a deslizarme por su pecho entre besos, también quería asegurarme de lo que habían visto mis ojos, quede por un instante paralizada de lo que estaba viendo, su tamaño me pareció normal pero su grosor no daba crédito a lo que veía, su rosado glande me parecía descomunal, sin piel que lo cubriera, prominentes bordes en el contorno un poco más oscuro, a mí me parecía algo menor de una pelota de tenis, el resto del pene era más delgado pero a pesar de todo seguía siendo de enorme grosor.
Venciendo la impresión que me causo la tome con mi mano para acariciarlo, a pesar de mis largos dedos no podía rodearlo entero, me sorprendió lo caliente que estaba y con ambas manos la acaricie, vi de reojos que me observaba como si espera una reacción contraria por mi parte. Trate de meterla en mi boca pero tenía que forzar tanto que temí hacerle daño con los dientes, así que con mi lengua lo fui lamiendo a la vez que la impregnaba del flujo que de forma abundante le salía. Acaricie y bese sus depilados, redondos y duros testículos, la ausencia de vello púbico hacia que el acariciarlo con mis labios y lengua me proporcionara un agradable placer por la suavidad de su piel.
Boca arriba sus labios recorrían todo mi cuerpo estremecido por sus besos, beso, chupo y mordió dulcemente mis pezones hasta casi hacerlos estallar, al llegar con su boca a mi empapado sexo con extrema delicadeza me lo lamia y chupaba sintiendo un gran placer. Tome su cara con mis manos y bese sus labios inundados de mi deseo. De nuevo volvía a mi sexo para continuar besándolo y hacerme gozar.
Con mi clítoris entre sus labios lo lamia lenta y suavemente me estremecí con un orgasmo que aumento el deseo de tenerlo dentro. Me puso entre sus brazos apoyados con los codos sobre la cama, su pelo envolvía el contorno de mi rostro dando mayor intimidad a sus besos, flotando en ese ambiente de ternura se apoyo sobre uno de sus brazos, con su pene en la mano froto mi sexo y buscar la entrada de mi vagina. En ese momento y de improviso me asalto el recuerdo de la vez anterior, temí que no fuera delicado al meterme su grueso pene y me causara daño, me puse muy tensa. Con un hilo de voz y casi con las lágrimas saltadas le pedí que tuviera cuidado, pensé mil cosas en esos momentos del miedo que tenía pero dulcemente me respondió:
- No tengas miedo mi dulce niña solo quiero hacerte feliz y jamás te haría daño.
Sus palabras me tranquilizaron y trate de relajarme pero no se por qué no podía me encontraba muy extraña de repente todo el deseo que sentía momentos antes se desvaneció y se volvió temor, estuve a punto de decirle que lo dejáramos pero eso si sería demostrarle que era una niña tonta y asustada.
Muy despacio fue entrando y notaba como mi vagina se iba dilatando para dar paso a su pene. Sus leves movimientos adelante y a tras me tranquilizaban, solo sentía algo de dolor al entrar un poco más. No podía apartar de mi mente que en cualquier momento me la metiera de golpe, su agitada respiración me lo hacía temer, me aterraba y provocaba que me volviera a poner tensa. Cuando él notaba mi tensión se quedaba muy quieto hasta que de nuevo con mucha delicadeza entraba un poco más.
La dulzura y la delicadeza con la que me trataba hacia que fuera confiando en él. Finalmente me la metió entera, una gran desazón invadía todo mi ser agitándome de pies a cabeza, me sentía completamente llena notaba mi sexo muy tirante no sé si por el falso temor que yo misma me cree pero incluso llegue a tener la sensación de sentirme incomoda e incluso llegue a pensar que esta vez también sería un desastre. Tal vez por su madurez me fui relajando y comencé a sentirme segura y confiada en que no me haría daño.
Si dejar de decirme palabras muy dulces me fue tranquilizando y sin parar de besarme muy despacio comenzó a moverse, poco a poco lo comencé a desear y ya más tranquila empezaba a disfrutar de tenerlo dentro. Tardo mucho rato en que yo volviera a tener ganas de él. Sus movimientos cada vez me producían mas placer, Durante un buen rato su grueso pene entraba y salía recorriendo toda mi vagina hasta lo más profundo entre dolor y gozo
Mi momento se iba acercando y al notarlo atenuó el ritmo para que mi orgasmo llegara lentamente. Entre convulsiones fue aumentando de intensidad hasta hacerme explotar entre gemidos que sin control salían de mi garganta, note como su glande se inflamaba, las palpitaciones cada vez mas fuertes golpeaban dentro de mí, sus músculos se tensaron, lanzo un largo gruñidos y comenzó a eyacular. Una explosión de liquido muy caliente me invadía y en cada espasmo con fuerza le salía mas, mi sexo se desbordo sorprendida lo notaba correr por mis nalgas, en ese momento no comprendía de que se trataba pero me volvía loca de placer, no sé si por la alta temperatura de lo que suponía era semen y me estaba derramando dentro, me llego un orgasmo que me corto la respiración de nuevo, iba de sorpresa en sorpresa.
Jadeantes nos fuimos relajando, no comprendía que era lo que se desbordaba por mi sexo, incluso llegue a pensar que si en el momento de eyacular se le escaparía pis pero yo lo notaba denso.
Cuando la saco una cascada salía del interior de mi vagina, lo toque y comprobé que era un líquido cremoso muy caliente, pensaba que no podía ser semen, era demasiada cantidad. Jadeante se puso a mi lado. Muerta de curiosidad me incorpore y vi como seguía saliendo lo que por fin pude comprobar que era semen. Mi culito estaba bañado en un gran charco sobre la toalla que mientras estaba en el baño puso. Me quede atónita no daba crédito a lo que veía, con la mano toque mi sexo y percibí un agradable olor, moje la punta de la lengua, esperaba su acido sabor pero no; era neutro como el liquido pre seminal, tal vez ligeramente dulzón pero agradable así que más tranquila tome parte del que continuaba saliendo moje mis labios y lo bese.
Con dulzura continuo besándome y susurrando tiernas palabras que acariciaban mis sentidos. Su boca busco mi inundado sexo para besarlo y lamerlo, entre en un estado de placentera y total calma.
Cuando separo sus labios me incorpore junto a la cama no salía de mi asombro de ver tanto semen sobre la toalla, me miraba expectante esperando algún comentario ante aquella inundación solo se me ocurrió decirle:
- ¿Qué pretendes ahogarme?, estas cosas se avisan que pensé te estabas haciendo pis dentro de mí.
Comenzamos a reír y una buena cantidad de su cálido semen salió de nuevo resbalando por mis muslos, rápidamente me fui al cuarto de baño tapando con la mano la salida de mi vagina.
Sentada en el inodoro seguía saliendo a borbotones lo tomaba en mi mano, era muy cremoso y suave al tacto, me recordaba el body milk pero de color algo más oscuro, volví a saborearlo su ligera y sedosa textura era agradable.
Me recrimine el comportamiento que en los primeros momentos tuve, el temor que me entro de repente, la verdad que me asusto al ver su pene y no podía apartar de mi mente lo sucedido la vez anterior pero Ignacio es todo un caballero y el otro era un fanfarrón engreído Entre en la ducha para lavarme los restos que tenia por todas partes, seca y solo con mis braguitas salí del baño dispuesta a demostrar la clase de mujer que soy.
No estaba en la cama como esperaba, había quitado la toalla y alisado las sabanas, lo llame sin obtener respuesta, salí a popa y una voz me llamo desde el agua para que me bañara, al verme por el abierto espejo de popa que tenía unas braguitas puestas me dijo que me las quitara, le hice caso y desnuda me zambullí a su lado. Me gusta este hombre por lo niño que es en el fondo le encanta jugar, reírse y estar alegre.
Cuando estuve a su lado me lanzaba por los aires como un balón de playa y eso que no hacia pie, riéndonos y jugando estuvimos un buen rato después me abrace a su cuello lo rodee con mis piernas por la cintura y lo bese, sentir su cuerpo desnudo pegado al mío me provocaba un especial deleite. En mi mente me seguía recriminando por haber dudado él. Me solté y seguimos jugando, le dije que un pez se acercaba para comerse su trompa, a continuación bajo el agua y a pesar de lo borroso que se ve sin gafas, nuevamente me sorprendió, la tenía muy contraída y solo su glande destacaba del resto, me seguía pareciendo enorme, se lo acaricie y le di un pellizquito lo tenía muy blandito.
Salimos del agua me envolvió en una toalla y me acurruco en sus brazos apretándome con fuerza para susurrarme amorosas palabras, me sentía como una niña pequeña en sus brazos y con unas ganas tremendas que me hiciera el amor. Me dijo que era el momento de darnos una ducha y me asalto la idea de si lo habría decepcionado.
Nos fuimos para la ducha, con esos pensamientos bullendo en mi mente. Me di una ducha calentita que finalice con agua fría, me reconforto mucho y una vez seca me di una abundante cantidad de crema hidratante, Tenia mi chochito inflamado y mas rosado que de costumbre, notaba una fuerte sensación como si todavía estuviera dentro de mí y la verdad que me resultaba agradable, le puse una buena cantidad de crema intima, me vestí y salí del cuarto de baño.
Estaba en el salón, había preparado the con unas pastas y tranquilamente hablamos. Me dijo que si me apetecía pasar la noche fondeados donde estábamos, le conteste que me apetecía mucho, así pasaríamos el día siguiente en ese lugar tan hermoso de aguas trasparentes, continuamos hablando de varias cosas pero cambie de conversación y le dije:
- Perdona si he estado fría y tensa como un palo pero no me esperaba que tu pene fuera así, me vino a la mente una mala experiencia anterior que a pesar de ser mucho más delgada me hizo daño por metérmela de golpe y no sé por qué pensé en eso al ver que era tan gruesa y luego la cantidad de eyaculación que tienes que no sabía que estaba pasando, hasta pensé en principio que te estabas haciendo pis.
- Perdóname, respondió, es cierto que tendría que haberte dicho más cosas sobre mí y sobre todo esto, pero surgió todo tan de improviso, te diré que cuando te bese por primera vez no me podía creer que eras tú, enseguida recordé la preciosa adolescente que vi por primera vez, y que ahora tenía en mis brazos besándola, pero al ver en ti una mujer tan natural y fuerte no me pude reprimir, me sorprende mucho lo madura y segura que estas ti misma, eres toda una mujer en cambio no has perdido la candidez de tu adolescencia.
Sus explicación me gusto y me tranquilizo pero tenía la duda de si las decía por ser un hombre tan galante y cortes, así que no trate de justificarme más, porque entre otras cosas no tenía porque hacerlo. Continúe hablando del tema y le pregunte:
- ¿Cómo es que tienes eyaculaciones tan grande?
- Pues no se a que es debido ya en mi adolescencia cuando me masturbaba salía mucha cantidad, con esa edad era prácticamente trasparente después fue cambiando al color actual. Realmente lo que me sale no es semen, propiamente dicho, no tiene espermatofitos, es por lo que no soy fértil y en cuanto a la cantidad para mí es un misterio e incluso un problema porque ¿qué haces te pones a explicar la cantidad que sale cuando eyaculo?, me parece que ya no sería lo mismo, se rompería todo.
- ¿Imagino que los médicos te habrán dado alguna explicación lógica?
- La verdad que a pesar de los avances de la medicina hay cosas que todavía no saben a qué se debe y lo mío es una disfunción de mi órgano reproductor y esa fueron las explicaciones que me dieron. Es lo mismo que el tamaño, tampoco saben por qué hay hombres con penes muy pequeños y otros con penes grandes. También hay mujeres que tienen un sexo que solo se limita a una abertura y en cambio otras que lo tienen muy gordito, como el tuyo que es muy lindo, e incluso algunas que durante el orgasmo expulsan una gran cantidad de un líquido parecido al mío.
Eso lo sabía por María, me contó, por supuesto sin dar su nombre, que tiene una paciente que en el orgasmo echa muchísimo liquido de color lechoso y más espeso que el flujo, lo más común es que por la uretra le salga un liquido muy parecido al pis, la verdad que todo esto es un misterio donde la explicación lógica no existe.
Ya en broma continúe:
- Me imagino que alguna vez abras asustado a la chica y habrá estado a punto de salir corriendo cuando viera tu ariete dispuesto a traspasarla.
Comenzamos a reír y hacer bromas sobre su eyaculación y el tamaño. De repente me acorde de una cosa que siempre dice nuestra profesora rusa de ballet, sobre todo a las que quieren continuar para bailarinas y son muy jovencitas, siempre les dice: Si hacer el amor ensanchar caderas y eso no bueno para ballet, notan muy bien cuando has tenido sexo por la forma de moverte. Continuamos hablando entre bromas y risas.
Después me hablo de cosas que incluso eran muy intimas del tiempo que estuvo casado, la frustración que sintió por no poder tener hijos, lo complicado que le resultaba hacerle el amor por no soportar que eyaculara dentro de ella hasta el punto que noto que sentía asco de él y todas estas cosas unidas a que no soportaba vivir en Madrid hacían muy difícil la convivencia, note de nuevo la tristeza en sus ojos y esta vez sí apoye su cabeza en mi pecho y lo acaricie con mucha dulzura y le pregunte:
- ¿La sigues queriendo y echado de menos?
- No para nada, eso ya paso si me hubiera gustado tener hijos.
Como ya estaba bastante avanzada la tarde, miraba mi reloj esperando que de un momento a otro llamara María y lo que me resultaba extraño es que no me hubiera llamado ya mi madre. Al momento de pensar esto sonó el móvil, era mi madre para preguntarme como estaba. Me hablaba sueco así que sabía sobre que sería la conversación, hablamos un rato sobre Ignacio y nos despedimos hasta el día siguiente que le contaría todo.
No habían pasado dos minutos cuando me llamo mi niña, le pedí disculpas y me fui a la cubierta de proa para hablar a solas con ella. Muy resumido le conté todo, me dijo que no diera importancia a lo sucedido y me animo para que el resto del fin de semana fuera muy diferente. Hablamos del congreso y de lo interesante que le estaba resultando y claro de nosotras. Después de un buen rato de charla nos despedimos hasta el día siguiente.
Nuevamente le pedí disculpas por el tiempo y por querer estar en privado hablando con María, con un gesto me dio a entender que lo comprendía.
Me pregunto por María, él me había visto en algunas ocasiones por el pueblo con ella. Entonces le conté lo que significaba María para mí y le hable de mi bisexualidad y como llevábamos nuestra relación Me miraba fijamente mientras le hablaba, al terminar me dijo:
- Gracias por la confianza y la verdad me llama la atención el grado de equilibrio que tenéis en vuestra relación en la que solo existe fidelidad si se trata de otra chica, pero que no impide que estéis con un hombre sin que ello sea motivos de celos o enfados entre vosotras.
- Es que entonces si eso sucediera ya no podríamos disfrutar de nuestra condición bisexual, seriamos lesbianas y por lo que he leído sobre ellas no les gustan los hombres y a nosotras también nos gustan. Continúe diciéndole.
- ¿Para ti significa algún problema que yo sea bisexual?
- Para nada ni tengo nada en contra al igual que creo que tú tampoco lo tendrías si yo lo fuera, considero que las personas no solo han de ser libre sino también sentirse así y si vuestra bisexualidad hace sentiros libres y contentas con vosotras mismas la opinión de los demás carece de valor.
Cada vez me gusta más este grandullón, pensé y me continúo diciendo:
- ¿Que opina tu madre, porque imagino que se lo abras dicho?
- Ella lo sabe todo sobre mi y yo sobre ella y adora a María, al igual que cuando surja se lo diré a mi padre y sin duda le parecerá bien. Hace un rato que he hablado con ella, como has visto, le he dicho que estaba contigo pasando el fin de semana en el barco. Como suponía que estaba contigo por eso me hablo en sueco, así que mañana con la mayor naturalidad se lo contare todo y de paso le diré que tienes un mástil por pene y que casi me ahogas.
Nos reímos un rato sin dejar de decir tontería sobre esto y continúe diciéndole:
- Siempre he tenido la sensación que eras una persona especial y te diré que me gustas más por tener la edad que tienes, te he visto siempre tan sereno, tan hombre y seguro de ti mismo, lo he notado en tus gestos además eres tan guapo .
Me tomo entre sus brazos y me dijo:
- Eres para mí también una persona muy especial. Desde el primer día que estuviste en el barco me llamaron mucho la atención tu forma de ser y espero no molestarte si te digo que no representas la edad que tienes. Me has dado mucho que pensar pero creía que la diferencia de edad sería un gran impedimento para ser tu amigo.
Le tendí mi mano y dije: ¿Amigos?, la tomo y contesto: amigos
Hablamos sobre todo esto durante bastante tiempo, y me llamo la atención la naturalidad a la hora de hablar de sexo, en principio pensé que sería más conservador con sus ideas. Para mí siempre ha sido muy normal, sin duda por la educación que me han dado mis padres. De las personas que me rodean solo puedo hablar de esta forma con mis padres y María, me alegra que también ahora con él, estoy segura que no está fingiendo porque se nota enseguida y eso lo he visto cuando ha surgido este tipo de conversación con compañeros de la facultad, notaba perfectamente el que fingía y el que no sobre todo cuando sacaban la conversación para ver tu reacción e intentar ligar.
Me tomo de una mano y sentados como estábamos en el sofá me apoyo de espalda contra su pecho rodeándome con sus brazos y su cabeza pegada a la mía. Desabroche mi blusa dejando descubierto uno de mis hombros para que lo besara y acariciara con sus labios, entre chiquitos besos me decía muy bajito cosas muy hermosas. El susurro de su dulce voz y el calor de su cuerpo me sumieron en un dulce sopor, poquito a poco me fui quedando dormida entre sus brazos.
Me desperté y la pausada y tranquila respiración de Ignacio me hizo ver que también se había quedado dormido, tome una de sus manos y la bese. Cuando aterrizamos de nuestros dulces sueños el sol estaba ya en el ocaso, salimos a cubierta y en silencio contemplamos el rojo atardecer y al sol dando la impresión de sumergirse en el mar. Siempre que lo veo pienso en la cantidad de cosas hermosas que la naturaleza nos regala y que la mayoría de las veces no apreciamos.
Con lo rápido que se digiere el pescado y sobre todo al horno, los dos estábamos muertos de hambre así que decidimos prepararnos una suculenta cena a base de un buen filete y ensalada con un montón de ingredientes. Nos servimos una copa de vino blanco helado y brindamos por todo aquello que se nos ocurría y sin parar de besarnos a cada instante. Dispusimos la mesa muy bien decorada y cenamos hablando y riendo con las ocurrencias, muchas de ellas picantes, que decíamos. Después de ordenar todo nos sentamos en el amplio sofá con nuestras copas de vino.
Sentados en el sofá, al beber se mes resbalo la copa y me bañe entera, fui a cambiarme y me puse un vestido de algodón rosa clarito, ceñidito, que uso para poner sobre el bikini de casa a la playa; le encanto al verme vestida así. Cuando me aproxime me tomo en sus brazos y con su habitual ternura me beso, después de estar besándonos largo tiempo la agitación era muy grande y las caricias hacían que aumentara el ritmo de nuestra respiración, me sentía flotando entre los brazos de Ignacio. Frente a él, sentada sobre sus piernas movía mi pelvis buscando el roce de su pene en mi sexo, desabroche su camisa para acariciar y besar su pecho, me saque el vestido y pegue el mío contra el suyo, me separo y su boca busco mis pezones que pellizco, lamio, chupo y mordió, la unión del dolor y el placer me volvía loca. Ciega de deseo, torpemente trate de desabrochar su pantalón ya traspasado por la humedad de su flujo, se incorporo y de forma brusca se despojo de toda su ropa.
Ante mis ojos estaba su firme, erecto y provocativo pene, le pedí se sentara, abrí sus piernas y sentada sobre las mías lo tome entre mis manos, contemple su enorme glande del que salía sin parar su sedoso flujo. Con ella entre mis manos, entre abrí mis labios para que entrara en mi boca la excitación que salía por su caliente y mórbido glande. Con ansia lamia, chupaba y recorría su mástil bañándolo de flujo mezclado con mí saliva y reprimiendo el deseo de tenerla dentro de mi boca. Mi frenesí era tan grande que él me pedía calma, estaba ciega de deseo quería disfrutar, ya libre del absurdo miedo que tuve, del esplendor de su hermoso pene. Metí mi mano entre mis braguitas para mojarla en mi inundado chochito, llena de mi deseo acariciaba su rosado glande que como podía chupaba, lamia e incluso lo rozaba con mis dientes, esto lo estremecía de gusto
Tomo mi cara entre sus manos y con un beso participó de la seda de nuestros sabores. Me alzo y deslizo mis braguitas y ante él quede desnuda abrazada a su cuerpo, me sentó en el sofá, abrió mis piernas y su boca beso mi sexo, su lengua lamio cada pliegue, puso entre sus labios mi clítoris para chuparlo y lamerlo. Entre gemidos un orgasmo no tardo en hacerme estremecer, le suplique entrara dentro de mi no podía soportar más la excitación, sentada sobre el borde del sofá abrí mis piernas puse mi pelvis lo más hacia arriba posible y gracias a la flexibilidad que me da el ballet podía verlo y recrearme viendo con detalles como se disponía a entrar dentro de mí su potente ariete. Para deleite de mis ojos, muy despacio recorrió con ella desde el ano hasta mi encendido clítoris un latigazo me erizo la piel.
Lentamente comenzó a entrar, lo rodee con mis piernas por la cintura y levemente tiraba de él, estaba tan llena de deseo por tenerlo dentro que estuve a punto de traerlo hacia mí con fuerza pero al ver como su glande separaba y se abultaba mi sexo no fui capaz de hacerlo, atónita veía como los labios rodeaban su pene, brillantes por la tensión, cada vez que retrocedía todo mi sexo se abría como una flor y mi clítoris sobresalía como si algo lo empujara hacia fuera. Despacio fue entrando y en algunos momentos el dolor era intenso, al notarlo retrocedía y tras un instante iniciaba de nuevo su camino, su atenta mirada estaba pendiente de cualquier gesto mío. Con mis piernas comencé a tirar de él y a pesar del dolor, ya soportable, se dejo llevar hasta que estaba totalmente dentro, ya solo veía su abdomen pegado a mi; notaba una fuerte presión en el interior de mi vientre por la postura tan forzada que tenia, enderece mi tronco y la presión desapareció.
Las cosas que sentía no sé como las puedo explicar únicamente puedo decir que sentirme totalmente llena me proporcionaba una sensación inigualable, cuando empezó lentamente a moverse notaba los prominentes bordes de su glande pasar cada estría de mi vagina, el placer me enloquecía su respiración era profunda y continua, se quedo inmóvil un momento y me dijo:
- Vámonos a la cama estaremos mas cómodo
- No, grite con desesperación de pensar que saldría de mi.
No quería dejar de tenerla dentro ni por un instante. Haciendo caso omiso a mis suplicas me tomo por la cintura, abrazada a su cuello y con mis piernas rodeando su cintura se levanto, me apretaba con fuerza contra él, la tenia entera dentro de mí. Me aferre a su cuerpo hasta llegar al camarote, contrariada me solté del dulce abrazo, extendió una toalla sobre la cama y enseguida me tumbe, sollozando alce mis brazos desesperada por el deseo de tenerlo dentro otra vez. De rodillas entre mis abiertas piernas se echó sobre mi y con un brazo a cada lado de mi cuerpo busque ansiosa su pene que puse a la entrada de mi vagina, fue entrando despacio hasta el fondo, se me corto la respiración por el dolor pero era recompensado por el placer de saber que era mío otra vez. Con mis talones por debajo de sus nalgas y mis piernas muy abiertas acomode la pelvis para que me llegara hasta el fondo, en mi mente veía claramente como su palpitante glande rozaba las rojas paredes de mi vagina dilatándose a su paso, contraía mi musculo para abrazarlo y hacerlo enloquecer, quería que chillara cuando le llegara su momento supremo. Con la razón perdida por la lujuria en mí aturdida mente solo había un pensamiento: no quería que me hiciera el amor solo quería que me follara sin piedad. Mis manos atenazaban sus costados, acompasamos el movimiento y su violenta respiración quemaba mi cara, parecíamos dos fieras en pleno combate, hasta diría que nos mirábamos con odio. Lo que en esos momentos estábamos viviendo era sexo y solo sexo esa era nuestra exclusiva finalidad. Mi momento se iba acercando lo sentía llegar sus embestida cada vez más fuertes me provocaban dolor y placer, por la expresión de su cara y la forma que me miraba también le estaba llegando su momento.
Poco a poco se fue aproximando, la tensión de mi cuerpo aumentaba en cada segundo hasta que en un ataque de convulsiones explote en un bestial y largo orgasmo, sin dejar de moverme y casi con el sentido perdido por el placer quería que él explotara con la misma violencia, ya solo quería hacer feliz a mí macho; su glande palpitaba con fuerza, contraía mi vagina para abrazarlo y sintiera que era mío. Su agitada y continua respiración me hacía ver que estaba a punto de estallar, sorprendida creí que me la iba a sacar pero cuando estaba casi fuera tras un fuerte gemido su ardiente semen comenzó a llenarme mientras me la hundía hasta el fondo seguía eyaculando y llenándome cada vez más, en esa brutal borrachera de sexo me retorció otro orgasmo que agito todo mi cuerpo entre temblores y chillando desesperada de tanto placer. Me quemaba su desbordado semen al resbalar entre mis nalgas y mojar mi culito.
Lo abrace y lentamente se fue girando y quede sobre él completamente sin fuerzas. Así estuvimos un buen rato estábamos exhaustos, con dulzura exquisita sus manos recorrían mi cuerpo con sus labios unidos a los míos, apretada contra su pecho notaba el agitado latir de nuestros corazones que trataban de recuperar la calma.
Notaba su pene totalmente relajado dentro de mí, con las pocas fuerzas que me quedaban contraje mi vagina y una cascada se desbordo acompañando la salida de su ya blandito glande.
No quise ir a lavarme ni expulsar lo que tenía dentro, las sensaciones que tenía en mi cuerpo las quería intactas, no me importaba estar bañada en su semen y el olor a sexo que respirábamos. Acaricie su relajado pene y así blandito lo metí en mi boca para que la llenara con los restos de su placer, con ellos lamí sus labios y juntos saborearlo. Me tomo para que apoyara mi cabeza en su pecho rodeada por sus brazos, notaba muy bien como de mi chochito seguía saliendo su semen, impregne mis dedos y los chupe, con el sabor de mi macho me fui quedando dormida, no sin antes y como siempre dedicar mis últimos pensamientos al amor de mi vida, mi niña del alma.
A la mañana siguiente me desperté y ya no estaba, me había envuelto en la toalla y tapado con las sabanas, mis doloridos músculos acusaban la tensión que sufrieron, el olor a sexo flotaba en el camarote y dentro de mi permanecía la agradable sensación de su pene, pegada a la toalla, que parecía cartón de lo áspera que estaba por la cantidad de semen que la impregno, cuando me estaba incorporando, entro en el camarote, y entre sus brazos resbalo la toalla y desnuda entre sus brazos con un dulce beso me dio los buenos días. Se quito su corto pantalón y tomándome de la mano los dos desnudos nos zambullirnos en el mar sin pensarlo dos veces, la primera impresión fue tremenda el agua estaba helada pero rápidamente entramos en reacción, jugando, chapoteando y besándonos estuvimos un rato, después de secarnos un poco nos fuimos a la ducha.
El agua calentita me reconforto y al secarme comprobé lo dolorido e inflamado que tenía mi chochito, extendí una buena cantidad de cremita íntima por mis enrojecidos y voluptuosos labios que los alivios. Al salir estaba terminando de dejar en orden el camarote. Este hombre lo hace todo a una velocidad enorme y además lo deja perfecto. Me tomo de la mano y en la cocina había un suculento desayuno y mucha fruta que comí con un hambre atroz, me miraba muy fijo y sus ojos me transmitían la ternura de su corazón, lo miraba y pensaba en lo hombre y guapo que es. Con una sonrisa y ojitos lánguidos puse cara de bebe haciendo pucheros y le dije:
- Bruto has hecho pupa a nena en su cosita con esa trompa de elefante que tienes
Me tomo entre sus brazos y entre risas me colmo de besos. Es tan divertido y cariños que estar con él es no parar de hacer cosas siempre está inventando algo o en animada charla, lo que más me gusta es con la naturalidad que puedes hablar de todo. Me pregunto muchas cosas sobre María y se quedaba embelesado cuando le contaba cosas más intimas porque además se que se las puedo contar es de los que te miran a los ojos cuando te habla o le hablas tu a él, además hay ciertos detalles en las personas que te indican cuando puedes confiar en ellas y en eso mi intuición no me falla.
Así pasamos el tiempo hasta pasado el medio día, hora en la que decidimos tras el último baño comer algo ligerito y elevar ancla para no arribar muy tarde a puerto. Nunca olvidare ese día ni ese punto de la costa. Por cierto cuando iba a cambiarme pidió me volviera a poner mí vestido de algodón rosa, sonriendo le conteste con un gesto afirmativo, además le dije con cara picara que si debajo quería que fuera con o sin, cerró los ojos y me respondió: sin. Mi maltrecho chochito iba agradecer estar al aire.
Después de calentar motores, quiso que ajustara las coordenadas en el GPS y capitaneando yo el barco pusimos rumbo a puerto, al ver su enredada cabellera le pase el timón y con el cepillo lo comencé a peinar, hundía mis dedos en su pelo desde el cuello hasta la frente y le masajeaba y acariciaba su cabeza, el roce del pelo entre mis dedos comenzó alterarme. Sobre el sillón de mando me senté a caballo sobre sus muslos, me abrace y lo bese dulcemente o le lamia sus labios muy despacito, eso le gusta mucho y lo pone muy flojito, con mi vestido ya por la cintura acariciaba mi culito y notaba entre mis piernas como el gigante que buscaba despertaba y que desesperadamente quería apretar contra mi chochito. Con el barco en automático puso las palancas en avante baja, me tomo en sus brazos y salimos a la cubierta de popa, desnuda bajo mis rodillas puse un cojín y como una perrita en celo con mis hombros apoyados sobre la cubierta, abrí las piernas, baje mi espalda para que mi sexo quedara expuesto para él. Hundió su boca y lo lamia con ansia, sus manos abrían mis nalgas y con la punta de la lengua presionaba y lamia mi culito, me hacia delirar, su aliento me quemaba estaba en enloquecido de deseo. De rodillas tras de mi abrió su corto pantalón, entre mis muslos vi su imponente mástil duro como el hierro, con su glande acariciaba mi sexo y le pedí me la metiera no podía aguantar más. Despacio fue entrando yo presionaba hacia tras, quería sentirme llena cuanto antes, sorprendida mi primer orgasmo no tardo en llegar, tomándome por las caderas tiraba de mi para llegar hasta el fondo, se recreaba entrando y saliendo de mí y como dije anteriormente y usando el estricto sentido de la palabra “me estaba follando a placer,” sus manos me atenazaban la cintura y me embestía como una fiera sintiendo a la vez un dulce dolor unido a un enorme placer. Acelero sus embestidas y note como su glande martilleaba cada estría de mi vagina con sus palpitaciones. Entre fuertes gemidos los dos fuimos llegando a un orgasmo que sentía llegar desde lo más profundo de mis entrañas, me separo y con solo su glande dentro de mi estallo de placer, su primer chorro de semen me entro como un huracán quemando a su paso mi vagina y golpeando en lo más profundo, tiro de mis caderas y en su recorrido hasta lo más hondo continuo derramando su placer, de inmediato mi sexo se desbordo y salía con fuerza de mi interior, no sé qué efecto causa en mi su ardiente semen pero otro orgasmo me estremeció de pies a cabeza, muy agitado con suaves movimientos se quedo quieto, notaba mi sexo tan tirante que parecía que lo abriría en dos junto con mis nalgas.
Se fue relajando y en esa postura esperaba que no saliera de golpe su semen, una vez fuera alce mi troco y vi entre mis piernas la cascada que caía sobre la cubierta de popa, me levante y abrazada a su pecho nos besamos largo rato, por mis piernas resbalaba como un rio el semen y entonces a la luz del día me di realmente cuenta de la cantidad tan exagerada que me echa, en la cubierta y entre mis pies bañados había un charco enorme. Lo mire y los dos comenzamos a reírnos a carcajadas.
Me fui a la ducha para tratar de expulsarlo todo no sin antes mojar mis dedos para volver a saborear la esencia de mi macho. Cuando salí ya vestida y arreglada había baldeado la cubierta y se había duchado y vestido, en el sillón de mando me senté en su regazo y acurrucada en su pecho estuve hasta que llegamos a puerto. Atracamos y le ayude a ordenar todo, meter en la lavadora las toallas y sabanas y llevar al contenedor los restos. Como era temprano nos sentamos en cubierta para charlar un rato, en ese momento de tranquilidad empecé a notar el agotamiento. A eso de las 7 de la tarde entre en camarote, guarde mis cosas, lo llame me despedí de él con miles de besos, quedando en hablarnos al día siguiente.
De camino a casa notaba la flojera de mis piernas, el irritado estado de mis labios y pezones y sobre todo la inflamación de mi chochito que hacía que las braguitas me molestaran e incluso andar con las piernas un poco separada, yo sola me reía por lo cómica de la situación, casi llegando note perfectamente como mis braguitas estaban empapadas, no me podía creer que todavía tuviera más semen dentro.
Llegue a casa y no había nadie, entre en el baño y al desnudarme para darme un baño, mis braguitas estaban chorreando de semen. Con la ducha graduada en un chorro de agua flojito, me puse en cuclillas y abriendo bien los labios con una mano note como el agua fría entraba dentro de mí vagina reconfortándola y esperaba que ya no saliera más después del lavado. Llene la bañera de agua calentita con muchas sales y me sumergí durante un buen rato. La sensación que todavía tenía dentro de mí me hacía recordar las palpitaciones de la pelota de tenis que tiene por glande, con esos recuerdos me reía por comparar su glande con una pelota de tenis. El agua caliente me relajo mucho y medio adormilada me fui con mis pensamientos al lado de mi niña que estaba deseando ver y abrazar.
Al poquito de salir del cuarto de baño me llamo María hablamos durante mucho rato y le conté todo, cuando me dijo que estaba loquita por verme mi corazón empezó a palpitar con fuerza y quedamos que al día siguiente, al salir de clase, iría al aeropuerto de Jerez a esperar su llegada, ya nos arreglaríamos como meter su equipaje en mi pequeño Smart.
Al rato llego mi madre y también le tuve que contar todo, venia impaciente por saber cómo me había ido, mientras des hacia su equipaje se lo fui contando sus ojos me miraban con sorpresa cuando le di los detalles y lo maltrecho que tenía mi chochito que hasta estaba sin braguitas, me hizo tumbar en la cama, se partía de risa de verlo tan inflamado y rojo, le dio un besito y las dos riendo me conto sus aventuras de fin de semana. Me dijo que al día siguiente se iba a Milán toda le semana por trabajo, rápido pensé que me quedaría en casa de María todos esos días. La llame y se lo dije se puso loca de contenta porque así podríamos hablar tranquilamente de nuestras cosas, para ir a la facultad me viene mejor por estar más cerca pero sobre todo cuando terminara la consulta podíamos estar juntas todo el tiempo ummm y dormir juntitas.
Me fui temprano a dormir, estaba rendida, sin querer hice una recopilación en mi mete de todo el fin de semana y yo misma estaba sorprendida de mi comportamiento con Ignacio después que pasaran mis tontos temores, la verdad que sentí cierto rubor al recordarlo. Con las sensaciones de esos momentos todavía en el cuerpo me quede dormida como un tronco.
De esa semana hablare en otra ocasión y de la ruptura de María con su amante que sucedió durante esos días.