viernes, 23 de octubre de 2009

El debut de la Ceci


Me presento mi nombre es Cecilia Marina y este fue mi primer relato y hoy mas de dos años después y ya con varios relatos escritos mas de 50 seguro, he decidido hacer mas detallado este relato y colocarle las comas y puntos que por ser una escritora primeriza no los había tenido tanto en cuenta este relato en un principio lo llame El debut de la Chechu ,con ese apodo firme ese mi primer relato , antes de convertirme en “La señorita misteriosa”
Era una rubiecita bien desarrollada y aunque me he desarrollado un poco mas , en ese momento con apenas 15 años mis medidas eran casi perfectas , 89-60-90 y 1.70m de altura ,ojos verdes grisáceos ,varían con el cambio de tiempo ,pelo lacio y largo una princesita como me llamaba mi novio Alejandro , el era dos años mayor que yo Pelo castaño claro , 1.75 m de altura un cuerpo atlético ojos color miel muy dulce , atento y sobre todo muy paciente .
Era una chica muy despierta y muy bien informada en el tema del sexo y a pesar de ser virgen sabia todo lo que una mujer debe saber para cuidarse , por suerte mis ciclos fueron siempre regulares así que guiarme en mis días fértiles ,me fue fácil pero igual debía tener mis cuidados por que la naturaleza es sabia pero cada cuerpo tiene sus detalles , sabia que unos días extras servirían de resguardo así que cuando me llegara el momento sabría como actuar .
Llevábamos mas de 6 meses de novios y solo algunas caricias en mis senos era todo el sexo que teníamos , el había estado con otras chicas pero igual no era muy experimentado en el juego del amor , de apoco me fui animando y así ampliando nuestro espectro sexual .
El pobre estaba desesperado apenas podía calmarlo con mis manitos haciéndole una buena paja , que solo me animaba a hacerle si el me llevaba su mano hasta ahí por el momento mi chuchi era sagrada .
Una noche paseábamos por una plaza de Lomas de Zamora que por las noches solo algunas parejas se animan a ir veníamos de tomar un helado y como todos enamorados la noche una plaza y una hermosa luna nos invitaba a disfrutar de un caluroso momento , lo cierto es que con los juegos de apoco se me había ido despertando lo que supongo seria excitación ,o mejor dicho me estaba calentando , con las cosas que me hacia mi novio ya para esos días las carisias en mis senos era algo que deseaba ansiosa que me hiciera y mas de una vez ya había sentido su mano en mis desnudos muslos y que solo se la retiraba cuando notaba que sus deditos querían explorar mas allá de la superficie o su mano se desplazaba hacia mi parte delantera , esa noche nos escondimos bajo unos arbustos que en forma de cueva yacían en la casi desierta plaza , entramos en nuestro refugio gateando y en esa posición mi colita , tentó mucho a mi novio que entraba detrás mío , se abalanzó sobre mi , tiro de mi pantalón dejando mi culito tapado por una pequeña bombachita negra , me abrazo dejándome boca abajo y con mi colita a su disposición , estaba algo excitada ya que de camino a la plaza nos habíamos estado besando y eso implicaba , sus caricias a mis pechos que tanto me venían enfervorizando , metió su mano en mi culito y lo froto con desenfreno , pero que se fue transformando en suavidad , me di vuelta ,y me beso apasionadamente , mi rostro iluminado por la cómplice luna que nos espiaba desde lo mas alto del firmamento le mostraba a Ale , una sonrisa que dejaba entrever que debía continuar con lo que estaba haciendo volvió a colocar su mano en mi cola y me deje llevar no tardo mucho en terminar de bajarme el pantalón y correrme la bombachita para acariciar mi piel me anime y coloque mi mano en su miembro que hasta ese día era el que me la llevaba hasta ese sitio y comencé a masturbarlo , el aprovecho ese momento para correr su mano para adelante , pero lo frene e insistió pero le seguí sacando la mano , decidió acariciarme sobre mi bombachita y deje hacerlo pronto tenia su dedo en mi clítoris y las caricias que estaba recibiendo me empezaron a provocar algo que nunca había sentido
-ves que te gusta , que estas toda mojada

Si que me gustaba pero estaba aterrada no por las caricias sino de saber que todo eso que tenia en mi mano y que cerrada no llegaba a cubrir estaría dentro mío , me dolía de solo pensarlo , el con la ropa en el piso y yo temblando de miedo , de apoco me fue bajando la bombacha hasta quedar a la altura de las rodillas, sus caricias en mi clítoris fueron mas intensas y sus dedos intentaron penetrarme –y un fuerte no -salió de mis labios pero los de la boca porque los de mi conchita pedían a gritos que lo hiciera pero mi mente decía que no , fue ahí que me pidió que me diera vuelta
- ni loca - le dije
- quédate tranquila que no te hago nada - contesto

abrió mis cantos y apoyo su verga en mi culo cerré los ojos y temblé me abrazo de atrás y con la otra mano siguió con mi clítoris estaba por acabar cuando lleno mi culito con su tibia leche que termino alojada en mi bombachita, el acabo y yo me quede con las ganas por un rato paso toda su cremita por mi cola ,también por mis senos y sin que lo notara comencé a tocarme , cosa que nunca había hecho , el seguía acariciándome , quiso tocarme la chuchi , pero no quise , el miedo a quedar embarazada por el semen que tenían sus dedos superaban mi calentura , me apretó fuerte y amaso mis pechos mientras yo seguía con lo mío y por primera vez acabe , el siempre pensó que sus caricias en mis senos me habían hecho acabar .
Ese día quedamos que lo haríamos el día de la primavera ,
pasaron otros días similares, pero en el jardín de casa donde terminaba contra la pared del vecino , con la pollera en mi cintura , la tanguita en mi pantorrillas y mi culito cubierto en leche .
Llego el dichoso 21 de septiembre mi padre trabajaba y mi madre y mi hermanita saldrían de picnic la casa toda para los dos después del almuerzo vendría la siesta mientras cocinaba me lleno de besos y caricias supo cuidarme muy bien fuimos a mi cama y me quito la ropa solo la tanguita quedaba cuando comenzó a desvestirse , hasta quedar en calzoncillos , me sentó y sus manos recorrieron todo mi cuerpo , el calor se apoderaba de mi y quedamos totalmente desnudos yo completamente mojada y lista para ser penetrada , se acostó sobre mi y un - despacito - se escapo de mis labios , abrió mis piernas apoyo su inmensa verga en mi conchita dispuesto a cogerme y muy suavemente comenzó a penetrarme , intente pararlo pero tomo mi cintura y me la metió hasta el fondo , un grito corto el silencio y empezó a menearse , el dolor era intenso pero el placer era mayor , mis miedos ya no estaban y el vértigo de mi cuerpo pedía mas , le tome la mano y la lleve a mi clítoris y me retorcí de placer me cogió por largo rato y aunque era mi primera vez quise sentir como su cuerpo se apoderaba del mío ,lo estábamos haciendo sin forro ; mi calentura me haría llegar a cualquier cosa , levanto mis piernas y me cogió de parado hasta acabar y llenar mi conchita de leche siguió con mi botoncito que estaba activado a full y estalle , esta vez si me había hecho acabar , saco su trozo y lo apoyo en mi culo yo estaba dispuesta a seguir pero solo un milímetro de su pija me hizo gritar de dolor y desistí a pesar de su insistencia me bajo de la cama coloco mis manos sobre la misma y quede con la colita bien paradita , corrió mis cantos y volvió a intentarlo pero un poco mas bruscamente solo pensando en culearme pero no, el dolor era mucho y no quise , me quede como estaba y penetro mi argollita desde atrás mientras me masturbaba , toda esa cosa enorme entraba y salía de mi vagina como si estuviera hecha para ahí el dolor ya no existía y el placer superaba todo y mas cuando me volvió a acabar dentro mío me pidió que se la chupe y aunque intente no pude , cuando mis labios tocaron su miembro no pude , nunca pude , pero el si me recostó en la cama y me chupo toda ,sin importarle que el había acabado unos minutos antes y me gozó , penetro con sus dedos y me calenté como nunca , hasta que acabe por segunda vez y en ese mismo momento su dedo penetro mi culo indefenso y a pesar del dolor me excitó mas ,solo unos minutos duro esto hasta que intento penetrarme un segundo dedito casi salto de la cama del dolor , un grito de mi parte lo detuvo ,seguimos con besos y carisias , volvió a serme suya su verga que ya no estaba tan tiesa entro en mi conchita , y después de varios mete y saque una profunda penetración , mmm , termino acabándome nuevamente en mi chuchi , el juego se fue diluyendo y quedamos los dos sobre la cama tirados , exhaustos , rendidos de la batalla , de repente un ruido
- la puerta nos quedamos dormidos
- a vestirnos .

Mi pollera ya esta puesta , el , los pantalones y la remera mi remera donde esta pensé y abrí un cajón un top basto para llegar con el tiempo exacto , mi hermanita corriendo subió las escaleras y justo se abrió la puerta con el ultimo suspiro nuestro ,subió mi mami nos saludo y nos dijo
- como están chicos ,
- muertos . Dijimos a dúo
- se los ve cansados. Replico mi madre
- bueno sigan con lo suyo

a lo que conteste
- esta bien ya acabamos ma. y una sonrisa picara se dibujo en mi boca.


Un agradecimiento muy especial a Valeria Noelia Díaz (Estrellita ninfomanía) que fue ella la que me hizo descubrir mi pasión por los relatos , un bcito mi niña .

La señorita misteriosa.

martes, 20 de octubre de 2009

Colegialas , fans y putitas


Un sábado por la tarde, en plenas vísperas de la celebración del aniversario de fundación de mi ciudad. Las calles estaban abarrotadas de gente, preparándose para los feriados largos que se iniciaban, apurándose para quedar desocupados para la espectacular juerga de dos días que se avecinaba: desfiles, fuegos artificiales, conciertos. Yo mientras tanto me aburría a muerte esperando la hora de cerrar mi oficina; como eran ya días de fiesta, nadie entraba: yo tengo un negocio de elaboración de páginas web. Es lo malo de ser tu propio jefe: nadie te controla, pero si no trabajas, no comes. Así que, resignado, esperaba como toda la ciudad, que sea hora para salir a celebrar, pero mi experiencia de pequeño empresario me ha enseñado que, muchas veces, esperar pacientemente -cuando nadie lo haría-, te puede traer muy gratas sorpresas. Era una de esas tardes en que no crees que pase nada espectacular, pero pasó: Casi me dormía de aburrimiento sobre mi escritorio cuando tocaron la puerta. Se podrán imaginar mi sorpresa, al ver que, a un negocio como el mío viniesen a verme dos muchachas en uniforme escolar. Antes de ello no me llamaban la atención para nada las escolares, y a pesar que había conocido varias, que te dejaban lelo de solo verlas: altas, bien desarrolladas, no tenían nada que envidiarles a las de 25 para arriba, incluso las mayores las miraban muertas de envidia por sus firmes y suaves carnes. Lo primero que pensé al ver a ese par de bebas, sonrientes y deseosas de conversar conmigo es que venían a hacerme una encuesta o algo parecido. Sin más las dejé pasar. Las dos chiquillas que entraron no tenían precisamente cuerpo de modelos, pero podían dejar más que encantado a cualquiera: Mayela, la más pequeñita, usaba el pelo corto, enmarcando primorosamente sus oscuros ojos negros, el saco del uniforme contorneaba unos enormes y erectos pechos, así como su falda se levantaba un poco por atrás, por efecto del enorme y ancho trasero que apretadamente cubría. Cecilia, por su parte, era alta, casi de mi estatura, gustaba de usar la blusa algo abierta, dejando a la vista su piel blanquísima y pecosa, así como la separación entre sus senitos, algo más pequeños, sí, pero que por entre la tela, asomaban descarados dos grandes pezones erectos. Espigada, de caderas firmes, ella tenía la figura más de una modelo, destacándose sus piernas largas, su cabello largo y castaño, así como sus hermosos ojos color cafés y su naricita respingada. Ambas compartían en sus rostros y comportamiento la carita de inocencia y ternura, combinada con el descaro de hembras en ciernes que se saben perfectamente que son objetivo de las miradas lascivas de los hombres. Al principio, Mayela y Cecilia no mostraban que habían venido a verme por algún motivo aparente: sólo me hablaban de vanalidades y preguntas tontas acerca de mi negocio, mientras intercambiaban de rato en rato miradas entre ellas, aderezadas por risitas burlonas, dejándome a mí, totalmente intrigado. Finalmente Mayela, la más desenvuelta, me lo soltó de golpe: …La verdad es que estamos cansadas de estar sin plata: estamos buscando trabajo de lo que sea. Cecilia, algo más tímida, pero no mucho, asentía con la cabeza, divertida. ¿De lo que sea?"-, les pregunté, aún intrigado por la rara visita y la aún más rara propuesta. - Así es –respondió Mayela, muy segura de sí misma- , estamos dispuestas a hacer de todo. Queremos ir al concierto. Yo la escuchaba divertido, a la vez que sorprendido por su desparpajo al hablar, mientras que Cecilia se apresuraba a agregar "sí, hacemos de todo". Alguna vez había escuchado de chicas que, casi jugando, por falta de dinero para sus diversiones, comenzaban así a prostituirse, mezclando a la vez, el ganar dinero fácil, con el vivir nuevas experiencias sexuales con hombres mayores entregándose gozosas a ellos, y deseosas por tener más experiencia en el sexo. Sin esforzarme demasiado, recordé a un amigo taxista, al que en las celebraciones del año anterior, le ocurrió que una joven tomó su taxi, pidiéndole que le lleve al concierto que se daba en la ciudad en esa fecha; faltando poco para llegar, le pidió detenerse, y le ofreció que disfrute de ella a su antojo, a cambio de que no le cobrase el servicio y que le pagase la entrada al concierto. Mientras las observaba, yo recordé que precisamente esa noche, se presentaba en concierto, en la ciudad, un grupo de esos de moda entre los chiquillos, y que en realidad no pasan de ser un grupo de caras y cuerpos bonitos que cantan algo pasable, y que las disqueras crean grupos de esos, periódicamente, casi como en serie. Era la primera vez que algo así me ocurría y, algo temeroso de meterme en un lío, preferí ir despacio y aclarar mis dudas directamente. - ¿De todo? –exclamé algo incrédulo, pero dispuesto a saber en qué me metía-,…por que TODO es una palabra muy amplia,.. Ambas se miraban a cada rato entre sí, riéndose nerviosamente, como si no pudiesen creerse ellas mismas, lo que estaban proponiéndome. - Tooodo lo que quieras hacer con nosotras,… -agregó con total aplomo, y tuteándome, la pequeña Mayela-, conmigo, con mi amiga,... o con las dos,... Para ese momento, Cecilia no aguantó y soltó una sonora carcajada, sorprendida por el atrevimiento de su amiga. Tras esa aseveración -y siendo sinceros-, sufrí una tremenda y poderosa erección, que se disimulaba afortunadamente al estar yo tras mi escritorio. Ambas en ese rato me observaban atentamente, ansiosas por mi respuesta, mordiéndose los labios, mirándome descaradamente, como si yo fuese un caramelo a devorar, mientras ambas frotaban notoriamente sus piernas una contra la otra. - …¿Y cuánto me va a costar si deseo pasarla con ambas?,.. -, finalmente me mandé a fondo. - ¡Con ambas, jijijijiji! – respondieron al unísono las damas , riendo divertidas y mirándose una a la otra-, ¿una a la vez o ambas a la vez?,..-, preguntó Mayela, tratando de mostrar de nuevo control en la situación. - Ambas a la vez -, les respondí seguro de lo que quería. Nuevamente las chicas rieron divertidas, para luego intercambiar miradas cómplices entre ellas, me respondieron: - Okis –respondió Mayela aceptando, para luego agregar-,…¿y cuánto nos vas a dar?,.. ¿Cuánto quieren?,… –, les pregunté. Mayela, la pequeña pícara, y siempre llevando la batuta del asunto, me respondió tras pensarlo un buen rato: - …No sé, lo que tú quieras darnos,… tú tienes negocio; ganas bien,… En ese momento, me di cuenta que aquellas jovencitas agrandadas se estaban metiendo por primera vez en estos menesteres. Ninguna putilla mediopelín se daría el lujo de que el cliente impusiese el precio de un servicio. Dispuesto yo a no dejar pasar semejante oportunidad, me lancé sin miedo a la piscina: - Bueno, ¿qué les parece si les doy a las dos,…. unos,….sesenta dólares?,… Ambas se miraron sorprendidas, abriendo la boca y los ojos desmesuradamente. Definitivamente, con ese gesto, me demostraron que mi oferta era muy por encima de lo que ellas esperaban; era obvio que aquellas dos chicas , nunca habían tenido tanto dinero junto, de una sola vez en sus manos. Si hubiesen sido más experimentadas, pudiesen haber conseguido, mínimo, y cada una, el doble o el triple de esa suma. Sé que me estaba aprovechando de ellas,… pero como dicen por ahí: la oportunidad la pintan calva. - ¡Trato hecho! –dijo finalmente Mayela, alegremente-,… y dime….¿con qué quieres empezar?,... Ya el asunto no tenía vuelta atrás, así que, antes de que se arrepintieran, puse manos a la obra. "Ven acá" –le ordené, mientras echaba para atrás mi silla, tendiéndole la mano. Mayela se puso de pie y cogió mi mano, rodeando la mesa, caminando hacia mi lugar. Con una sonrisa amplia y soltando risitas nerviosas, la bajita y escultural damita se dejaba conducir por mi mano, sin dejar de mirarme fijamente. Con un ágil movimiento, la tomé por su estrechita cintura, y la senté rápidamente en mis piernas. Mientras eso pasaba, Cecilia observaba sin descaro, con los ojos muy abiertos y en silencio, mi pieza que ya se asomaba enorme por mi pantalón, pidiendo ser liberada. Con total soltura, Mayelita se acomodó sobre mis piernas, y al sentir mi tieso aparato bajo ella, pegó un brinco, soltando un gritito y una risa nerviosa, para luego dejarse acomodar, colocándola yo justo con sus grandes y duritas nalgas con mi ya endurecido pene erecto en medio. Mayelita se dejaba llevar, tendiéndome los brazos al cuello, pidiéndome con sus labios un beso. Acariciándole yo todo el cuerpo, la besé por un buen rato; ella era algo torpe para besar, pero poco a poco dominé la situación, y cuando le introduje la lengua en la boca y la moví con destreza, comenzó a suspirar, abrazándome apasionadamente, derritiéndose como mantequilla en mis manos. Cecilia seguía observándonos absorta, sentada aún en su silla, frotando casi frenéticamente sus piernas bajo la falda de su uniforme. Yo besaba a Mayela y susurrándole al oído le pedí que me bese el cuello, a lo cual ella, presta asintió suspirando, y comenzando a besarme y a mordisquearme tímidamente el cuello. Conforme le ordenaba que usase toda la boca y que me mordiera más, ella lo hacía obedientemente. Pasado un rato disfrutando su lengüita golosa, levanté el rostro y vi a Cecilia, que suspiraba sin parar, mientras nos observaba. "Ven, acércate"- le dije, susurrando. Cecilia, casi hipnotizada por la excitante –y nueva para ella-, situación, se puso de pie y tímidamente, se colocó de pie a mi costado. Una vez a mi lado, pasé mi mano por detrás de su falda de uniforme, apoderándome firmemente de sus nalgas. Cecilia temblaba, pero se dejaba tocar. Mayela, mientras, se animaba más a usar su lengüita en mi cuello: era fantástica, su lengua parecía la de un gato, era áspera y su paso húmedo por todo mi cuello me excitaba enormemente. Cecilia jadeaba mientras mi mano hábilmente la deslizaba introduciéndose por debajo de su calzón de algodón, algo ancho, y que me permitía apretarle las nalgas con confianza. Mayela insistía en que le siga besando, y yo comencé en ese momento besarle en el cuello, usando mi lengua, hasta hacerla jadear y berrear de placer; ¡me iba a comer a la vez a dos damitas , que se iban a dejar hacer lo que yo quisiera!,... Cecilia, mientras tanto ya completamente excitada, se dejaba poco a poco abrir las piernas, permitiéndome ya acariciarle, desde atrás, su vagina que empezaba a mojarse por las caricias de mis dedos, humedeciendo también su pequeñito triangulito de vello. Casi al mismo tiempo, introduje rápidamente mi otra mano entre las piernas de Mayela, para comenzar a frotar con fuerza su entrepierna, por encima de su calzoncito: descubrí con placer que ella usaba una pequeña tanga ajustada, y que se rebalsaba por sus bordes, por una gruesa mata de vello púbico, largo y semiondulado. Como el calzón de Cecilia era ancho y algo suelto, no fue problema para mí, con una sola mano, hacerlo caer hasta casi sus tobillos; Un fuerte suspiro de sorpresa fue la única respuesta de Cecilia al verse despojada así de la prenda, y también a que la hacía estremecer, haciéndola temblar, al comenzar a frotar ahora sí con toda mi mano, su entrepierna mojada. Mayela, observando a su amiga gimiendo y jadeando de placer, paró un momento de besarme el cuello, para exigir su parte: - ….Mmmm….yo también tengo ganitas,….mmm,…-dijo casi susurrándome al oído. No tardé mucho en cumplir en algo sus exigencias: saqué la mano casi totalmente mojada de dentro de la falda de Cecilia y, con total confianza, comencé a desabotonarle a Mayela la casaca y la blusa de su uniforme: ella, sentada en mis piernas, se apartó un poco, bajando la vista y con la boca abierta, mostraba su sorpresa, mientras yo dejaba al descubierto sus enormes y anchos pechos, sacándolos por encima de su sostén blanco. Tan pronto los saqué al aire, comencé a lamérselos y a entretenerme en chupar uno a uno, sus enormes pezones, succionándolos con destreza. Mayela ahora gemía, se desesperaba ante la nueva sensación, tratando de zafarse, logrando más bien que su enorme trasero se frotase a cada instante con mi verga, que me pedía ya a gritos que la libere de una vez por todas. Fue entonces que Cecilia se puso frente a nosotros dos, totalmente absorta, jadeante observándonos: tenía las piernas ligeramente separadas y a la vez se apretaba con ambas manos la delantera de su falda, tratando de friccionar más sus piernas una contra la otra, como si tratase de contener algo dentro suyo, mientras suspiraba fuertemente, con la boca abierta. Bajé la vista y ví entonces cómo le chorreaban por ambas piernas sendos hilos de sus jugos vaginales que descendían incontenibles por sus tersos muslos hasta sus casi caídas medias de escolar. No pasaron ni dos minutos cuando Cecilia, completamente desesperada por atención, introdujo su propia mano bajo su falda, para comenzar a masturbarse con desesperación, torpemente, y sin parar de vernos a Mayela y a mí, que estábamos besándonos y sobándonos frente a ella. El piso de mi oficina está totalmente alfombrado, por lo que no hubo ninguna dificultad para de inmediato cargar a Mayelita y acostarla suavemente en el suelo. La pequeña, ya acostada en el suelo mullido, dobló las rodillas, haciendo que su falda se deslizase, dejando a mi vista, sus piernas torneadas y su coñito humedeciendo ya sus pequeñas braguitas. - … Sé tierno,… -me dijo Mayela anhelante-, las dos somos vírgenes,… ¡Aquello era demasiado: ni en mis más locas fantasías había yo había pensado en comerme dos vírgenes!!,… aquello en vez de llenarme de temores por las consecuencias, me puso a mil en un instante; como loco comencé a desvestirme, aventando al suelo mi saco, camisa y corbata, mientras ambas chiquillas chillaban riendo, como si ante un stripper se encontrasen: cuando finalmente me bajé mis pantalones y mi verga tiesa y goteante se alzó frente a sus ojos, las dos bebas soltaron un grito, para luego quedarse completamente silenciosas: al parecer, era la primera vez en sus vidas que miraban el pene erecto de un hombre. Estaban extasiadas. Sin perder un instante me le fuí encima a Mayelita, que temblaba acostada en el suelo alfombrado: en cosa de un instante casi le arranqué la blusa, la falda y sus braguitas, mientras su amiga, asustada, se pegaba a la pared al lado nuestro, observando sin perderse cada detalle. Ya desnuda, Mayelita me miró, para luego en silencio, abrirse de piernas frente a mí, mostrándome su rajita estrecha y completamente mojada: - ….Noooo,…- gimió mientras yo acomodaba mi pene en su estrecha abertura-,… la tienes muy grande,… hazlo despacio,… no me la metas toda,… no me la ¡AHHHHH!!!!!,…. ¡Su grito de dolor al sentir ella su estrecho conducto abrirse de golpe, a la vez que mi pieza se le enterraba en las entrañas fue la dicha!!; colgándome sus piernecitas en los hombros y aferrándome de su cintura, comencé a bombearla sin compasión: sus gritos comenzaron a diluirse, dando paso a fuertes suspiros y gemidos de placer: - ….¡Ahhhhh!,….¡Mmmmm!!,… ¡me estás abriendo mucho!,… ¡me estás abriendo muchoooo!!!,… Yo gozaba como loco hundiendo mi verga en su rajita abierta, mientras comencé a darme cuenta que otros gemidos inundaban mi oficina: era Cecilia que, pegada aún a la pared, me miraba a mí penetrando a su amiga frente a sus ojos: aquella escena la tenía excitadísima, acariciándose el cuerpo con sus manos mientras nos observaba. Saber que la otra chiquilla me miraba cogiendo con Mayela me encendió aún más, animándome a poner más ímpetu, mientras mordisqueaba los pechos de Mayela, haciéndola gritar con locura. Finalmente tanta fricción de mi verga contra las paredes húmedas y estrechas de su vagina recién desvirgada me hizo venirme sin remedio: como una explosión le solté toda mi leche en su rajita, inundándola por completo y haciéndola sacudirse, casi convulsionando al sentir mi semen caliente dentro suyo; cuando retiré mi verga de su vagina, casi de inmediato salió un borbotón de leche mezclada con sangre, mientras que la pequeña jadeaba exháusta, tirada en el suelo, con las piernas aún abiertas. A pesar de mi corrida yo estaba muy lejos de quedarme tranquilo: aquellas bebas habían encendido mi líbido como nunca, y si iba a pagar por las dos, debía ser que me coja a las dos. Es así que apenas terminé con la pequeña, fui por la espigada Cecilia: apenas ella me vió caminando hacia ella, con la pinga aún erecta y chorreante de semen, sangre y los jugos de su amiga, palideció, pero fue incapaz de siquiera moverse: - …Ven chiquita-, le dije- ahora te toca a ti,… Abriendo sus ojazos, Cecilia se quedó sin habla, para luego dejarse llevar por mí cual si fuese un muñeco: sin perder un instante le dí media vuelta, obligándola a mirar a la pared y a apoyarse de manos contra ella. Cecilia jadeó desesperada mientras yo la desnudaba, dejando caer sus prendas a sus pies. Al tenerla ya completamente desnuda, paré un instante para verla: tenía un cuerpo precioso; desde atrás resaltaba su culito apretadito y respingado, y ahora tembloroso frente a mí. Su cinturita era estrecha, y casi daba la impresión de partirse si la apretaba demasiado. Tras contemplarla un instante, la cogí por su cintura de avispa: su piel era suave y sedosa: con un golpe con mi pierna, le separé las suyas, haciéndome espacio para introducirme dentro de ella. Su rajita apretadita y sin vello se miraba divina desde atrás. Su respiración agitada hacía subir y bajar sus pechitos con insistencia, y fue ahí de donde me prendí con ambas manos, haciéndola chillar de miedo. Yo jadeaba de loco deseo por desvirgarla, mientras sentía como la cabeza de mi pene erecto vibraba al contacto con sus labios vaginales temblorosos, al igual que todo su cuerpo y aún pegados entre sí. - …Por favor,…-apenas musitó jadeante-,… por favor,… despacio,… despacio,… Al igual que con su amiga, no tuve miramientos: lentamente pero con firmeza, le comencé a enterrar mi verga, haciéndola ponerse de puntas de pie, tratando de evitarlo: casi al instante comenzó a chillar, soltando gruesos lagrimones que caían sonoramente al alfombrado: Cecilia siguió llorando hasta que ambos sentimos su himen romperse finalmente. - …¡AUUUU!!!,…-exclamó de pronto, casi prendiéndose con las uñas de la pared, y quebrándose de cintura, alzando su culito apretado-, …¡ES GRAAANDEEE!!!,….¡Mmmmm!!!,… ¡Ahhh!,… ¡Qué ricoooo!!!,…¡mmm!,… ¡Quién lo hubiera pensado!, casi al instante de desvirgarla, la pequeña y tímida Cecilia comenzó a gozar el tener una verga de macho entre las piernas; casi al instante comenzó a moverse de caderas rítmicamente, haciendo que mi aparato se le introdujese más y más, mientras soltaba exclamaciones de inmenso placer, seguidos por profundos y salvajes gemidos. Como un demente me aferré a sus tetitas y comencé a bombearla con desesperación, sintiendo cómo su coñito bañaba por completo mi pene a cada embestida, mientras ella echaba su culito hacia atrás salvajemente, haciendo que sus nalgas y mis huevos estrellasen a cada instante, haciendo un sonido de golpeteo húmedo: - …¡No pares!,… ¡aaahhh!!!,…¡No pareees!!!!,… -, me exigía. Cansado al rato de que sus torpes movimientos no me dejasen gozar a mis anchas de su coñito estrecho, la pegué completamente contra la pared: Cecilia gritó al sentir su piel en contacto contra el frío cemento, pero aún así ni me inmuté; tratando de colocarle mi verga de nuevo en su vagina, apunté y me apreté contra su cuerpo. De pronto, cecilia comenzó a sollozar ahora con mucha más fuerza: - ….¡Noooo; por ahí nooooo!!! –comenzó a suplicar: mi pene se estaba abriendo paso por su estrechísimo ano-, ¡NOOOO!!!!!,… Mi verga se había desviado y yo no me había dado cuenta,… pero al sentir que ya mi verga se había abierto paso, y que sólo faltaba un empujón, decidí que no había ya marcha atrás, y se la enterré por completo. - ……¡AUUUUUUUUHHHH!!!! –gritó desesperada al sentir su ano desvirgado-,… ¡DETÉNTE: NO LA METAS MAAAAAS!!!!,… Cuando ya mi verga estaba completamente dentro de su agujero, sentí unas manos dulces cogiéndome por la espalda: era Mayela que se aunaba a nosotros: había estado masturbándose viéndonos, y deseaba participar de algún modo; es así que mientras la pequeña Mayelita mordisqueaba mi espalda y se frotaba contra mi cuerpo, yo bombeaba a su amiguita por el culo, haciéndola gritar como una poseída, gozando como loca, hasta que le llené el culo con mi leche. Tras eso nos tiramos los dos al suelo, rendidos, pero satisfechos. En la pared, quedó una mancha húmeda, procedente de los jugos del coño de Cecilia: aún hasta hoy, no se ha borrado del todo. El resto de la tarde nos la pasamos los tres tirados sobre el alfombrado, besándonos y cogiendo de rato en rato: como chiquillas que eran, alternaban profundos sueños cortos con el deseo insatisfecho de más sexo. Un rato disfruté cogiéndome a Mayelita, cargándola, penetrándola de pie; luego gocé de la plasticidad de las divinas piernas de Cecilia, echándola boca abajo y penetrándola con sus piernas rodeando mi cuello. Ya llegada la noche disfruté de acostarme yo boca arriba y ver con deleite a esas dos colegialas chupándome y lamiéndome el pene a la vez. Cuando ya se hacía tarde, me pidieron su dinero: se los dí muy complacido. Entraron al baño juntas, llevando sus mochilas; era divino ver sus cuerpos juveniles y desnudos mientras caminaban. Al salir me sorprendí al verlas: en sus mochilas traían ropa de calle; se iban al concierto. Mayela estaba ansiosa ya por irse. Cecilia dudaba en ir, mientras se despedía de mí, y me besaba con ternura, dándome su número de cel. Me dió pena verlas partir. Aquellas fiestas de la ciudad las celebré como nunca: bebí mucho, pero no bailé casi nada,… y es que estaba rendido. A os días me invadió un temor: temía meterme en líos por desvirgar a dos colegialas, pero de pronto mis temores se disiparon: miraba distraído la tele, pasaban un programa de chismes de personalidades de la farándula: el grupo de marras ese del que las bebas eran fans estaban presentándose en el norte del país: el programa hablaba de un escándalo en el que estaban involucrados los cantantes del grupito musical ese; los habían pillado con dos fans de 17 años de edad, en la suite de su hotel, ¡cuál sería mi sorpresa al ver en las imágenes difundidas, a Mayela y Cecilia: ¡se las habían ingeniado para conocerlos, y que se las lleven de gira!,… y ya me imaginaba yo cómo. Apagué la tele y me acosté traquilo: aquellas chiquillas ahora tenían peores cosas en qué explicarle a sus padres,… ¡qué fans tan putitas! Krakkenhere

sábado, 17 de octubre de 2009

jueves, 15 de octubre de 2009

Cambio de habito III ( la putita de la plaza )


Cuando me disponía a regresar a Buenos Aires decido revisar mis mail ya que hacia un par de días que no los chequeaba al abrir mi msn como siempre muchos son los que me hablan y una mujercita me saluda muy efusivamente como es su costumbre .

- hola mi amor , me tenias abandonada

note al instante que era mi amiga Maria Florencia
- holita hermosa
- me debes algo
- si la verdad que si pero creo que tengo algo mejor para vos
- si que ?
- bueno tengo que ir por Córdoba queres que nos veamos
- siiiiiii claro fantástico pero no me hagas ilusionar y no vengas
- no quédate tranquila haber contame donde te encuentro
- veni a casa les digo a mis papis que sos una amiga y no hay problemas
- bueno pero para no comprometerte voy a un hotel
- mmm y te puedo hacer compañía para que no pases la noche sola
- claro para eso voy
- cuando venís mira yo estoy ahora en Córdoba pero en la parte de la capital desime como llegar y en un rato salgo para allá
- mira tenes q venir por ruta 7
- bueno no hay drama cuantos kilómetros son
- son mas o menos 300 km la dirección de casa es alguna 12345
- listo no me das un teléfono por si me pierdo
- si anota amor 000123 456
- listo ya esta te veo en unas horas un bcito
- se me van hacer las 3 o 4 horas mas largas de mi vida
- okis un Beso dddd chau les2 (5 de mis iconos)

tome el camino que me había indicado Florcita y me dirigí hacia su casa mis planes habían cambiado pero no podía desaprovechar este momento flor estaba embobada con migo y ella había sido uno de mis tres primeros contactos y sus exuberantes medidas eran mas que suficientes como para no perderme un bocadito tan rico como ese 105cm de busto 65cm de cintura y una colita mmm de 98 cm una mujercita de 18 años de pelo lacio y largo como a pedido ojos café y la lo mas interesante ,que era primeriza nunca su cuerpo había sentido las caricias de otra mujer y mi encanto de hechicera había despertado pasión en ella .
Mas tranquila que de costumbre recorrí el camino ah ............... con mi infaltable Maia ( La oreja de van Gogh ) en los MP3 de mi corsita blanco
Llegando casi a su casa la llamo para arreglar el encuentro ya era mas tarde de lo pensado , me dice a pocas cuadras de su casa hay una plaza que me espera ahí me indica la calle y por la ubicación en donde yo me encontraba me dice que en unos quince minutos debería llegar que me estaría esperando ahí le dije que no se preocupe que si quería al otro día la vería que no eran horas como para que me este esperando sola en una plaza , me contesta que ira con su hermano a esperarme y que luego el se iría y acordamos encontrarnos ahí eran casi las 22.30 ,me apure para tratar de estar antes que ella y que no me tuviera que esperar cosa extraña en mi ya que siempre llego tarde a todos lados .
Después de unos 20 minutos me encuentro en el lugar y la veo en el banco de la plaza me extraño por que estaba sola pero ya la conocía por fotos y era ella estacione el auto y se paro sabia que auto tenia yo así que no se asombro de mi llegada y se dirigió hacia mi me saludo con un beso en la mejilla y me quedo mirando fuimos al banco donde ella se encontraba esperando y comenzamos a charlar la invite a tomar o comer algo y prefirió quedarse ahí me miro fijo a los ojos y me beso en los labios , la tome de la nuca y le comí la boca al mismo tiempo que mi mano se colaba por debajo de su pollera , la note húmeda como esperando este momento , separo las piernas y se entrego a mi
Corrí una pequeña tanguita que llevaba y le entre dos dedos sus piro y gimió pidiendo que siga nunca había estado con una mujer pero lo que le estaba haciendo no era nuevo le levante un top que apena cubría sus inmensos senos y se los entre a mamar se recostó en el banco y se puso a mi disposición , se entrego por completo recién después de unos minutos sentí su mano en mi conchita ella mostraba su cuerpo desnudo , yo apenas tenia mi camisa desprendida , un flash nos sobresalto , era un policía o alguien de vigilancia que nos había sorprendido y para colmos nos fotografío flor salía completamente reconocible y yo solo de espaldas .
Buenas noches flor dijo el uniformado y ella sorprendida pregunto quien era no importa pero tu papi le va a gustar saber lo puta que es su nena tan puta que hasta se la coje otra mujer .
- No por favor are lo que lo que quieras
- Si seguro que aras lo que quiera
- Así como estas , estas perfecta para lo que quiero
- No seas hijo de puta
- Dale putita que te vi cojiendo con varios en esta plaza
- Déjala tranquila tarado y borra esa foto
- No te pongas celosa que para vos también tengo
- Esta bien Ceci déjalo are lo que quiera algo de razón tiene
- Vengan que la van a pasar de diez
Nos llevo a lo que quizás era el lugar donde se guardan las herramientas del que se encarga de la plaza caminamos como media cuadra hasta llegar al sitio ella seguía desnuda y la ropa se la llevaba el me dijo sentate y espera que la exclusiva la tiene ella pero vos tampoco te salvas .
Le pidió que se arrodillase y se la mamara , lo empezó hacer temerosa pero al instante note que estaba disfrutando lo que hacia tanto como a quien se lo estaba haciendo .
- que bien que chupas pendeja como para no enloquecer a los pajeros esos dale que nadie me la chupo como vos
- y nadie te la va a chupar como yo te voy a sacar toda la lechita
- ahí si putita seguí que después te voy a romper el orto y vas a despertar a todo Córdoba
- que ganas de tenerla adentro
- si tu viejo supiera lo puta que sos que cojida te daría
- ahí no me tientes que un día de esto me entrego
- cerra la boquita y chupa puta
- mmm
- mejor date vuelta y chupale las tetas a tu amiguita mientras te hago el culito
- bueno pero ponete un forro
- donde queres que saque , que vaya a comprar agáchate pendeja
- fíjate que en mi cartera tengo
- bien puta que sos aparte de regalarte pones los forros vos
- si me queres coger ponete uno y seguí
Mientras el de vigilancia se colocaba un profiláctico Florencia me sobaba las tetas yo estaba helada y algo excitada porque negarlo cuando la niña metió su mano en mi conchita me saco un suspiro y me anime a participar de lo que estaba sucediendo aparte si terminaba cojiendo con ese tipo ya lo había hecho hace unos días atrás con el novio de Agus y lo había disfrutado lo less se me estaba transformado en bisexual por dentro yo también quería tener esa pija en mi boca ,sentí que Flor se me abalanza pero no era otra cosa que las envestidas del hombre que había logrado introducir su verga en ella .
- que hermosa conchita de pendeja que tenes bien abierta pero deliciosa ahora le toca a tu culito
- rómpemelo todo háceme gozar como puta que soy cojéeme
- si puta cojete a tu amiga que yo te doy a vos
No quería que notaran que sentía ganas por ser mas participe de lo que sucedía pero ya estaba desinhibida y muy caliente , los deditos de Maria Florencia me estaban por hacer estallar y quien la cojia estaba por acabar saco su pija del culo y le pidió a flor q se la chupara ella entendió que se estaba por venir se arrodillo ante el y cumplió su propósito le saco una extraordinaria acabada , me tomo del brazo y me bajo
- veni amor ayúdame a secar este viejo
- no , no quiero
- dale si te morís de ganas de darle una chupada
- si putas las quiero a las dos del pico hasta que me venga de nuevo
me beso con sus labios impregnados en el tibio semen recién ordeñado con mi lengua le limpie la cara y juntas compartimos esa verga
- bueno nena ahora te quiero coger a vos
- no eso no
- déjala que es torti gracias que te la esta chupando Beni cojéeme
se recostó en un colchón y espero a ser penetrada saco otro forro y se lo dio , yo solo miraba con ganas de tocarme suplicaba que me ordenara eso , Flor era toda una puta nada de lo que imaginaba la hacia tímida casi virgen y resulto ser la puta del barrio ,ella levanto sus piernas y el la penetro analmente desde adelante
- soy tu puta háceme acabar que ya no aguanto mas
- si putita acaba y vos nena haber si la ayudas y te metes esos deditos
- ahí si Ceci dediate un poco
por fin pensé por dentro tan caliente y sin poder tocarme revente al instante y grite de placer al tiempo que Maria soltaba su orgasmo y el hombre largaba otra acabada .
-bueno chicas es suficiente por hoy les presto el lugar para que terminen lo que habían empezado te borro la foto por ella claro ,que por vos hay fotos en toda Córdoba y te espero mañana que te quiero volver a coger
- Dale déjame con mi amiga que necesita que le saquen la calentura que tiene
- Hay trola que decís
- la verdad o no estas caliente
- si pero
- pero que desque de lo de recién vas a estar tímida
- esta bien sácame la calentura perra
- no te preocupes por el coche que yo te lo cuido
quedamos en el lugar besándonos y acariciándonos me derretían sus inmensas tetas las degustaba como loca solo deje de hacerlo cuando me pidió que la hiciera acabar baje a su conchita mordí su clítoris y penetre mi lengua en ella mientras ella producía espasmos en mi complaciéndome de la misma manera me fui controlando y espere hasta sentí que se venia y acabamos juntas los jugos de ambas se volcaron en nuestros rostros gire y me puse a su lado quería besarla y así lo hice sentí mis flujos mezclarse con los de ella mientras nos besábamos sin dejar de jugar con nuestros clítoris , nos quedamos dormitando y casi cuando los primeros rayos del sol asomaban le dije que me debía ir nos vestimos y fui por mi auto ahí estaba quien nos cambio la noche le agradecí que cuidara mi coche , me dijo que no me preocupara que en un rato se lo iba a cobrar a Maria Florencia yo seguí mi viaje con rumbo a casa o a Corrientes quien sabe .
El la tomo de la cintura y la llevo por la plaza al mismo lugar de donde veníamos
Pronto sabrán si volví a casa o pase por Corrientes bcitos.
Que opinan a donde debo ir .

La señorita misteriosa