martes, 29 de octubre de 2019

ENTREGADA Y EXPUESTA POR MIS AMIGAS EN VACACIONES

Mi nombre es Valeria y esto que les voy a contar, ocurrió hace 2 veranos en las playas de Mar del Plata, República Argentina. Estaba de vacaciones con mis amigas, pasando un tiempo estupendo. Las vacaciones transcurrían por situaciones comunes, nada raro, pero la estábamos pasando muy bien. Hasta que un día ... una de mis amigas tuvo una idea ... "Mira Vale, hay unos tipos que conocimos en la playa que pagarían mucha guita por estar con vos. Nos podríamos pagar casi todas las vacaciones" me dijo mi amiga Marina uno de esos días de vacaciones. Más o menos una semana después de que hubiéramos llegado. "Dale, hacelo por nosotras" animó otra de mis amigas, Marcela. Ese verano habíamos ido con dos amigas más Laura y Cinthia. La verdad que las 4 no eran feas, eran chicas comunes, lindas sí (excepto Cinthia), pero comunes. No eran diosas como yo. Desde que he nacido, Dios me ha regalado el don de la belleza. Me ha hecho rubia, me ha dado lindos senos, ojos celestes, y me ha dado un lindo culo, junto con una deliciosa vagina con pelitos rubios que enloquece a los hombres. Tal vez, todo lo que me dio en belleza no me lo haya dado por otro lado, como inteligencia, por ejemplo, aunque no soy una chica tonta, no soy brillante, ni nunca me he destacado en la escuela o en la universidad. También soy algo insegura de mi misma y me dejó llevar fácilmente por mis amigas. En mi grupo de amigas, la más "inteligente" y se puede decir también que la líder, es sin duda Marina. Ella es linda e inteligente, pero no tan linda como yo, y eso hace que me tenga una envidia que no puede contener. Creo que para sus adentros, desde que estábamos en segundo o tercer año de la secundaria y todos los chicos me miraban a mí, y querían salir conmigo, ella se juró a si misma que me lo haría pagar. Y ese verano tuvo la oportunidad y no la desaprovechó. Ella misma, Marina fue la encargada de arreglar todo. Ella fue, concertó la hora, el lugar y cobró el dinero, que luego repartiríamos entre todas. Se puede decir, que mis propias amigas me estaban prostituyendo. Ellas eligieron la ropa, de acuerdo a lo que habían arreglado. Y me vistieron. Me hicieron poner una tanga minúscula. Se me perdía en el culo. Una pollera que apenas me tapaba el culo, además de que se transparentaba. Me pusieron una remera muy escotada y me mojaron, ya que hacía calor, además de que para que se me pegara al cuerpo y se me transparentara aún más. "Ring" sonó el timbre. Llegaron 3 tipos y ahí estaba yo, vestida como una puta, delante de estos desconocidos y de mis amigas. Todos nos saludamos, y ni bien entraron ya comencé a notar miradas de lujuria por parte de estos tres señores. Además no con mis amigas, pero si conmigo, se tomaron muchas libertades en el saludo. Por ejemplo me tomaban de la cintura pero bien abajo al momento de saludarme con un beso, que por otro lado me lo dieron muy cerca de las comisuras de los labios, casi como si quisieran robarme un primer beso en la boca, algunos de ellos. Hacía menos de un minuto que habían entrado a la casa y ya me sentía incómoda con la ropa que tenía puesta. Una cosa era estar así vestida delante de chicas y otra muy distinta delante de hombres. Le hice saber discretamente a Marina, sin que los hombres escucharan, que me quería ir a cambiar, a ponerme algo más "decente". Pero Marina en voz baja, me dijo "¿Para qué? Sí en poquito tiempo, estos tres señores te van a sacar la ropita y vas a estar en pelotas". Valeria (yo): -"¿Qué? No, yo no me voy a desnudar delante de nadie". Marina: -"Valeria, sos tarada nena. Ya está todo arreglado, estos tipos me pagaron U$S 1.000 solo por hoy. ¿Qué te crees, que me los iban a dar solo por verte con una pollerita corta y una remera escotada? Aparte pensá en Lau y en Cinthia que tienen poca plata". Como les comenté antes, Marina es muy decidida y tiene un carácter muy fuerte, y yo lamentablemente no soy así, y me dejo llevar por mis amigas. Mientras yo me debatía por dentro, en instantes de tensión pensando que hacer, Laura y Cinthia preparando cocktails para estos tres señores, de los cuáles nunca supe sus nombres. Uno pidió un Martini, otro un Tom Collins y el último simplemente una cerveza. Mis amigas se hicieron tragos para ellas, y me prepararon uno para mí, extra fuerte, con mucho vodka y gin, para que me "soltara" un poco. Empezamos a conversar entre todos, para romper un poco el hielo. Hablábamos de trivialidades, las que más conversaban eran Marina y Laura. En un punto la conversación se desvió hacia un elogio de mis atributos físicos. Los tipos comentaban lo linda que era, las tetas que tenía, lo paradito que tenía el culo y cosas por el estilo. Esto lo comentaban por ejemplo con mi amiga Laura y ella respondía que sí. Uno de los hombres, por ejemplo, preguntó: -"¿Pero de dónde la sacaron, de una película porno?". Lo más curioso es que hablaban de mí, como si yo no estuviera allí, como si estuvieran admirando un cuadro o algo similar. El trago que me habían preparado era bastante fuerte, pero sabía que era mejor para mí tomarlo y pasar esta situación. Me lo tomé todo y me relajé un poco. Laura: -"Valeria, este señor dice que tenés lindo culo, porque no te paras y se lo mostras". Yo estaba sentada, me paré y di una vueltita. No pensé jamás que Lau me iba a levantar la pollera, dejando a la vista mi culo entangado. Laura me dio una suave palmadita, y miró a los tres señores diciendo: -"Ven que lindo, tratenlo con cuidadito que se puede romper". Luego de esto, soltó mi falda, que volvió a su posición normal, cubriéndome en algo el trasero. Marina: -"A ver las tetas. Muéstrales a estos generosos señores, también las tetas. Mostráte completa". Me puse de frente a ellos, sin saber bien que hacer, pero una de mis amigas que eran bien rápidas me dijo "Levantate la remerita". Me levanté de manera sexy la remera y sonreí a ellos, quedé en sostén. Me miraron unos 30 segundos, apreciaron mis pechos y luego me volví a poner la remera. Marina, luego de que me exhibieran delante de ellos, dijo "Miren que buena mercadería. Por un rato es toda de ustedes". Hizo una pausa y luego continuó: -"Bueno chicas, que tal si vamos yendo y dejamos a Vale con estos tres señores para que se conozcan y se diviertan". Mis amigas, se despidieron por un rato y se fueron a pasear por el centro comercial veraniego y luego a tomar un café a una confitería. Mientras yo, quedé sola con estos tres desconocidos. Que momento. Que querrían de mí. El clima enseguida se enrareció y se tornó tenso, cuasi-violento (aunque en ningún momento me pegaron). Era otro tipo de violencia que se respiraba en el aire, violencia sexual (aunque tampoco me violaron). Por la rudeza de su trato tal vez es que yo sentía este ambiente. Sr. 1: -"Que buena que estás, pedazo de perra". Sr. 2: -"Te vamos a coger toda". Sr. 3: -"Te vamos a acabar por todos los rincones de tu cuerpo, te vamos a hacer ese culito hermoso que tenés, te vamos a dar verga hasta por dónde ni te imagines". Sr. 1: -"Te vamos a coger tanto y dar tanta pija, que te vamos a sacar las ganas de coger por un mes". Sr. 2: -"Y seguro que sos bien ramera, que te encanta la pija". Y la verdad que yo no era lo que ellos creían. Desde ya que no era virgen, pero tampoco era una "come-hombres". Incluso varias de mis amigas, de las que me habían metido en esto, eran bastante más atorrantas que yo. Yo estaba parada en el medio de los tres hombres que comenzaron a venir hacia mí. Se me acercaron y comenzaron con el manoseo lógico. Uno se me acercó por delante, Me besaba en la boca, con su mano izquierda me tocaba la conchita, aunque por arriba de la bombacha y con la derecha me tocaba el culo por debajo de la pollera. Dos, fue por detrás y me apoyó su verga en el culo directamente. Me la hizo sentir. Y me tocaba las tetas. Estaba pegado a mi cuerpo. Tres tocaba lo que le dejaban de manera alternada, me tocaba la cara, un poco las tetas, el culo y la conchita. Rápidamente al poco tiempo del manoseo, Dos hizo que mi falda volara por el aire y me dejó en tanguita. Tres hizo lo mismo con mi remera. Estaba ahora en ropa interior. Tenía un conjunto de ropa interior negra. Bien de puta. Volvieron al manoseo, más o menos en las posiciones que les describí anteriormente, con algunos agregados. Dos lamía los cachetes de mi culo. Uno, me colaba los dedos, metiendo mano ya dentro de mi bombachita y Tres me ponía una botellita de cerveza entre las tetas y se calentaba con eso. Cada tanto la sacaba y me hacía tomar un trago de esa cerveza. Pronto lo tres hombres no pudieron aguantar más. Uno tomó una tijera y cortó mi sostén por el frente. Eso era innecasario, pero quisieron hacerlo. Mis tetas quedaron liberadas. Las tocaron, las tocaron y las tocaron. Las manosearon y las apretujaron. Mientras yo estaba bastante quietita, dejaba que hicieron conmigo lo que quisieran. Ellos no me atraían particularmente en cuanto a lo físico, con lo cuál yo no iba a trabajar para ellos. Iba a hacer lo mínimo indispensable, pensaba. "Arrodillate" me dijeron. Y me empujaron hacia abajo. Se pusieron los tres delante de mí, sacaron sus enormes pijas. Yo estaba en tetas, pero todavía conservaba mi tanguita puesta. Sr. 1: -"Elegí una de las tres la que más te guste y empezá por esa". La que más me gustaba era la del Sr. 2. Me la metí en la boca obediente y empecé a hacer mi trabajo. Mi boca estaba ocupada con la Pija 2, pero mis manitos, suaves, chiquitas y delicadas entretenían momentáneamente a los otros dos tipos. Los masturbaba y chupaba al Sr. 2. No se porqué pero mantenía los ojos cerrados, estaba empezando a entrar en clima. Empezaba a excitarme, a mojarme. Estoy de sentirme un poco putita me gustaba. A todas las mujeres (aunque digan que no o no lo reconozcan) les gusta ser tratadas como una puta de vez en cuando, como un mero pedazo de carne o un objeto de deseo sexual. La pija de 2 era bastante grande y el guacho me la metía bien hasta el fondo. Me sostenía la cabeza y me cogía la boca. Yo no podía escapar. Trataba de tirar mi cabeza para atrás, pero el fuertemente me la empujaba hacia él. A los otros no solo los masturbaba, cada tanto paraba y les tocaba los huevitos, los acariciaba. Y luego volvía a masturbarlos. Pero eran duros, tenían aguante, no acababan más. Estuve así arrodillada casi media hora y nada, hasta que sentí primero unas gotas calientes en la lengua y luego un torrente de esperma en mi boca. No me di cuenta, pero creo que si me hubiera corrido me lo hubieran hecho tragar igual. Luego de que acabara el Sr. 2. El Sr. 1 tomó su lugar e inmediatamente puso su pija en mi boca. Aunque ya estaba bien erecto, al borde de la eyaculación estaba esperando ocupar ese lugar (mi boca) hace rato. Le habré dado 6 chupadas y se vino también con todo. Todo adentro de mi boquita. Cuando quería correrme, me sostenían la cabeza y me hacían tragar todo el semen que expulsaban de sus penes. Con respecto a lo quedó fuera de mi boca y en su miembro, esto es lo que dijo el Sr. 1: -"Limpiala toda. Que no le quede ni una gota". El último, el Sr. 3 actuó distinto, terminó por masturbarse él y me acabó en las tetas y en la cara. Con un dedo de la mano derecha, me lo pasé por mi teta derecha con semen y luego me lo introduje en la boca. Esto los calentó muchísimo. Se ve que les gustaba yo y mi actitud. Descansamos un poco, nos sentamos en un sillón, que había por ahí cerca y que daba a la ventana. Dos y Tres se pusieron a fumar. Yo ni los conocía y estaba ahí, desnuda y con ellos. No se podían quejar, la verdad que me esmeré bastante en las mamadas que les di y les saqué a los tres buenas cantidades de semen. Ellos fumaron un poco, tomamos un poco de alcohol y charlamos un poco también. Los cuatro desnudos. Mientras descansaban me hicieron que yo les sirva los tragos y cuando iba y venía hacia la cocina contemplaban todo mi cuerpito desnudo. "Estás bárbara, hermosa" me decía uno de ellos. "Me alegraste las vacaciones" me decía otro y proseguía "Sabés lo que es tener que cogerse a mi mujer. Es horrible y tiene 45 años, nada que ver con tu piel suave, joven, tu carne fresca, tu culo paradito y tus senos turgentes". Yo no decía nada pero por dentro pensaba que ellos para la edad que tenían, si bien no eran atletas de gimnasio, mantenían sus penes en muy buena forma, erectos y con mucha potencia. Al rato el momento de descanso se cortó. Sr. 3: -"Vamos al dormitorio ahora". Los cuatro fuimos para el dormitorio principal que como por lo general toda casa de verano tiene, tenía una cama matrimonial. Ese lugar sería el escenario de la acción para las horas que siguieron. Yo al dormitorio no llegué caminando, sino que 2 me cargó al hombro como una bolsa de papas. Con mi cabeza hacia abajo y mi culo a la altura de su cara. Cuando llegó al dormitorio me tiró en la cama. Sr. 1: -"Con la boca muy muy bien. Vamos a ver que más sabés hacer". Yo estaba acostada boca arriba. Esperando que alguno de los tres viniera y me cogiera en la típica y aburrida posición del "misionero". En eso vi que el Sr. 2 estaba sacando unas cosas. Sr.2: -"Queremos asegurarnos de que no te escapes ni te vayas, así que espero que no te ofendas con esto. Pero como buena perrita que sos te vamos a tener que atar". Me ataron de dos lados, con una esposa de mi muñeca derecha al lado derecho de la cama. Y con un collar-soga del cuello. Sin embargo tanto la esposa como el collar tenían casi 2,5 metros de largo cada una. Con lo cuál en la cama podía hacer lo que quería, cualquier posición, pero no podía salir fuera de ella. Me sentía una Diosa del Sexo. Una Máquina de Dar Placer. Siempre me gustó sentirme así de deseada. Esta vez le tocó comenzar al Sr. 3. Me puso en cuatro patas y me montó por el culo. El Sr. 1 no iba a desaprovechar los agujeros vacíos. Con mucha agilidad se acomodó por debajo mío, es decir se acostó en la cama de frente a mí y ocupó mi conchita. Dos descansaba y se tomaba unos tragos, y esperaba su turno. Recibí bombéos de pijas sin parar por un intervalo de 45 minutos y 1 y 3 me hacían moverme bastante. Me hicieron sudar. Me mojé toda. Que puta me sentía y ellos se daban cuenta que me gustaba. Cada tanto me decían cosas como "¿Te gusta putita no?" o "Que perra que sos, no te alcanza una pija, necesitas 3". Y yo estaba en un momento de éxtasis total, casi inconsciente, necesitaba que me tocaran, que me manosearan, que me penetraran, por cualquiera sea de mis agujeros. Me movía con todo, tanto que transpiré como una loca, gemía y gemía, como una golfa descarada. Cabalgaba a Uno y recibía a Tres por detrás por el culo con toda su fuerza. Sus penes duros, penetraban mis partes suaves. Ambos me tocaban todo lo que podían. Uno también me besaba en la boca y Tres de vez en cuando en el cuello. También me lamía el cuello. No faltaron tampoco las fuertes nalgadas en los costados de la cola, para que me mueva aún más, sí como si fuera un caballo. Dos contemplaba la situación. A mi me sorprendía sobremanera que no se sumara de alguna forma a la acción. Que no me tocara una teta algo. Era el más "voyeur" de los tres, se ve que le gustaba mirar. Incluso comenzó a masturbarse sólo en un costado. Luego se acercó un poco, el no me dijo ni me pidió nada, pero a mi no me gustan las desigualdades, entonces si estaba dando tanto placer sexual a los otros dos, algo tenía que darle a él, tomé su pene con mi mano derecha y de costado comencé a masturbarlo. Esto lo encendió sobremanera, se ve que le gustaba. Mientras tanto Uno y Tres eran como dos máquinas del sexo no paraban. Sus penes parecían de acero. Duros y constantemente empujando hacia adentro. Yo pensé que iba a reventar. Pero no, me mojaba cada vez más. Me excitaba cada vez más. Me gustaba que me tocaran de todos lados. Que me apretaran las tetas me encantaban. Que juguetearan con mis pezones. Descubrí también en este acto sexual, algo que no sabía ya que nunca lo había hecho, lo bien que se siente para una mujer la doble penetración. Me sentía "llena" en el sentido literal de la palabra. Llena de penes. Todos mis puntos de excitación tanto vaginales como anales eran tocados casi simultáneamente por uno u otro pene, por eso tanto placer y excitación me provocaba. Aparte estimulaban otras zonas erógenas mías, me besaban la boca, los oídos, el cuello, etc.. E incluso uno disfrutaba y se excitaba con sólo mirarme, con lo cuál no podía sentirme sexualmente más completa. Luego de 45 minutos de doble penetración, por delante y por detrás repetidamente, empecé a sentir que se venían ambos. Al mismo tiempo acabaron y descargaron todos sus flujos sementales dentro mío. Que linda sensación. Ese calorcito. Ese cosquilleo. Descargaron tanta leche dentro mío que un buen rato estuve chorreando semen. Dos aún no había acabado y una vez que sus dos compañeros se retiraron de mi cuerpo, me acostó boca abajo en la cama y me puso su pija, también grande entre mis dos tetas y se hizo/le hice una buena "paja turca". Dos podríamos decir que me "cogió las tetas". Empujaba con una fuerza impresionante. A mi me gustaba sentirme su pene entre mis senos y a él creo que aún más. Cada tanto se iba de mis tetas hacia mi boca y me introducía su miembro y también bombeaba con mucha fuerza y me "cogía la boca". Yo estaba bien quietita. Para terminar no me acabó ni en la boca ni en las tetas que era lo que yo esperaba. Me hizo dar vuelta, quedando boca abajo y me junto las piernas, me las hizo cerrar y me entró por el culo. En esa posición, con mi culito medio cerradito lo sentí penetrarme bien y fuertemente aún más que al anterior. Aguante los primeros dolores mordiendo la almohada y luego comencé a disfrutar su rítmica forma de moverse y hacer un culito. El se acostó plenamente sobre mí y su cara quedó a la altura de la mía. Yo sentía su respiración en la nuca y el me decía cosas como "Cerrá los ojos y disfruta" y yo cumplía. Cuando estaba por acabar sacó su pene y me acabó en mi colita, pero afuera y luego a modo de bronceador me pasó todo su semen por el culo y la espalda. Se reía y me decía "Para la piel es lo mejor que hay" y debía serlo, el tipo me enteré luego de casualidad era médico dermatólogo. A las tres horas llegaron mis amigas, estábamos en el living de abajo. Yo estaba en bombachita y los tres tipos ya cambiados y listos para irse en la sala de debajo de la casa, en dónde los habíamos recibido "¿Y cómo la pasaron?" preguntó Marina. "Bien" contestaron 1, 2 y 3. "Bueno, cuando quieran ya saben. Me llaman y arreglamos. Es más si me avisan con tiempo podemos comprar disfraces, aparatos. En fin lo que ustedes quieran. E incluso podemos arreglar para que la vean en Capital" los despidió Marina ... julieta_s24

Aquellos hombres abusaron de mi

Adrián, mi esposo había vuelto a España hacía ya unas semanas. Colaboraba con algunas personas contrarias al régimen militar que gobernaba el país. Ya había sido detenido varias veces y aunque siempre había salido libre de cargos, temíamos que en cualquier momento las cosas pudieran cambiar y tener serios problemas. Teníamos una hija que se había quedado estudiando en España y viviendo con mis padres mientras yo había ido a trabajar durante aquel mes. Mi marido trabajaba como profesor en la universidad, y aprovechó el final de curso para dejar el país. Había intervenido y ayudado a personas no bien vistas por el gobierno local. Yo, por mi parte, llevaba tan solo unas semanas allí. Mi trabajo era de periodista, y me habían encargado un reportaje sobre los desmanes que la policía y el ejército cometían sobre la oposición. Decidimos, para cubrirnos mutuamente las espaldas, decir que nos estábamos separando y que ese era el motivo por el que se marchaba y yo me quedaba sola en aquel país con luchas internas. Me habían dejado para vivir una casa enorme, pero como me gustaban los grandes lujos, tan sólo venía una persona a hacer la limpieza por la mañana, quedando sola el resto del día. En realidad, no me importaba demasiado, ya que empleaba la mayor parte del día trabajando, y tan sólo iba a dormir por la noche. Además, todo ello venía a corroborar la idea de la separación de Adrián y mía. Tan sólo me quedaban diez días y me reuniría de nuevo con mi esposo, esta vez ya en España y libres de toda vigilancia y mentiras. Aquella noche, había acudido a una fiesta a la que había sido invitada, donde las conversaciones principales iban dirigidas hacia la situación política del país. De vez en cuando, o tal vez, con demasiada frecuencia, solían invitarme a alguna fiesta a la que acudían gente guapa. Escritores, periodistas, como era mi caso, gente próxima al régimen y otros abiertamente contrarios al mismo. En una de ellas conocí a un personaje ciertamente oscuro, el teniente Borlanes, de quien se rumoreaba, cometía actos atroces. Ese día, tan sólo me lo presentaron, aunque no me gustó nada su mirada. En aquellos momentos no podía suponer que días después tendría un encuentro más próximo con aquel siniestro militar. Pasó más o menos una semana. Acudí a un sarao, pero estaba cansada y regresé no demasiado tarde. No me gustó demasiado ver dos coches próximos a mi hogar, pero aún así me decidí a entrar en mi casa. Justo cuando lo iba a hacer, tres hombres me rodearon. Se presentó el hombre tan sólo como el Teniente Borlanes, invitándome de inmediato a cruzar mi puerta. Al mirar, ya dentro, vi que había dos individuos más, sin duda, de menor graduación que los que me habían abordado en la entrada, pero también oficiales, además de otros cuatro, que sin duda, debían ser simples agentes. Los cuatro hombres empezaron a registrar toda la casa, mientras que el teniente me hizo sentar en el salón, junto con los otros dos oficiales, que por lo que hablaban, se llamaban Robry y Astalan. Mientras rebuscaban entre mis cosas, Borlanes comenzó a preguntarme por Adrián, a lo que respondí que nos estábamos separando y por supuesto, que se había vuelto a España días atrás. Siguió con multitud de preguntas y mis respuestas, intentaban ser escuetas y salir lo más airosa posible Con parsimonia, empezó a leer mi pasaporte. Treinta y ocho años, mujer, española................Fue entonces cuando uno de los agentes bajó con mi portátil. En ese momento me asusté, ya que contenía la información que había ido recopilando. Todo lo realmente importante lo tenía guardado en un archivo codificado por contraseña. Fue en ese momento cuando Borlanes me la pidió para abrilo. Esa información es privada. – Le repliqué de manera airada a pesar de no tener controlada la situación. Dime la puta contraseña. – Respondió furioso, levantándome del sofá y soltándome una bofetada. Supe en ese momento que no se iba a andar con tonterías. La situación no la controlaba yo, sino aquellos hombres. Aterrada, no tuve más remedio que contestar. GloriaT. – Expuse con miedo. Era mi nombre, Gloria, junto a la la inicial de mi apellido. A partir de ese momento, tuvieron acceso a toda la información que había recopilado desde mi llegada. Tan sólo le hicieron falta unos minutos para saber de su contenido. Después de verlo me observó de arriba hacia abajo, desnudándome con la mirada. Llevaba puesto una camisa blanca y una falda anaranjada, no demasiado provocativa, hasta la altura de las rodillas, que aproveché ante su mirada, a intentar hacerla lo más larga posible. Gloria. Me alegro que te estés separando. Yo también soy divorciado. El otro día, cuando te vi en la fiesta, me gustaste mucho. Como te habrán dicho, en estos momentos soy una de las personas que más poder tiene en esta ciudad. A medida que él se mostraba más seguro, yo estaba más inquieta. Siguió hablándome ante la atenta mirada de los seis hombres que podía ver directamente y reflejados en los múltiples espejos se adosaban a las paredes del salón. Cuando algo me gusta, me quedo con ello. Ya que ambos estamos sin pareja, nos emparejaremos. Serás mi novia a partir de ahora. Le miré entre extrañada y sorprendida, pero negándome a lo que me proponía. Pensé que estaba loco y estaba gastándome una broma, pero me agarró de la cara con violencia, dejándome claro de nuevo la fuerza de su poder. Pensé en que se irían y me llamaría al día siguiente. Tiempo que yo aprovecharía a tomar el primer avión a Europa. Tan sólo quería que aquellos hombres, y principalmente Borlanes, se marcharan de allí. Volvió a levantarme con fuerza, colocándome en frente de sus hombres. En aquellos momentos estaba ya aterrorizada, sin pensar aún lo que iba a suceder. Gloria. Quítate la camisa¡¡ – Dijo con voz firme. – Recuerda que soy tu novio y no vas a ser recatada ante mi, ¿verdad? Tan sólo negué con la cabeza pero fue suficiente para que se levantase y me diera otra bofetada, tirándome al suelo. Fue tan sólo el oficial Robry quien se acercó a levantarme. Ambos eran más jóvenes que yo, en torno a los treinta años, frente a los cincuenta que debía tener el fingido novio que yo me negaba a aceptar. Hágale caso. – Me aconsejó haciendo de poli bueno, al oído, sin que nadie oyese su comentario.– No le contradiga. – Es mejor así. Borlanes me miraba con gesto serio. Con su pelo engominado y su traje, dama una imagen tétrica. Miré a Robry, esperando de manera inútil que intercediese por mi, hasta que escuché a su compañero Astalán, que de malas maneras, repitió la orden de su superior. Vamos señora. Haga caso al capitán. Le han ordenado que se quite la camisa. Hundida empecé a quitarme la camisa como me habían dicho. Levanté ligeramente la vista, avergonzada, recorriendo a los cuatro agentes que ahora ya se mantenían quietos, a cierta distancia de sus mandos. Buena chica. – Añadió Borlanes con mi camisa en la mano. – Ahora enséñame esas tetazas que tienes bajo el sujetador. Quedé callada, sollozando. Miré alrededor esperando que alguno de los hombres mandase parar, pero ninguno se iba a atrever a contradecir a su capitán. Estaba parada, imaginando que en cualquier momento el capitán se levantaría y volvería a abofetearme, pero fue aún peor. De inmediato se levantó y esta vez me dio un puñetazo en la boca del estómago. Había quedado casi sin respiración. Robry volvió a levantarme y como si tuviera cierto poder, mandó a uno de los agentes a por un poco de agua. Mis manos temblaban al coger el vaso, y tuvo que ser él mismo quien me ayudase a dar unos sorbos. Señora, por favor. No le enfade más. Obedezca y no le vuelva a contrariar. Es muy agresivo cuando no se le obedece. - Volvió a susurrarme al oído. – No puede ayudarle nadie ahora y tendrá que hacer de una forma u otra lo que él quiere. Vamos, Gloria. Quítate el sostén de una vez. Soy tu novio. ¿Recuerdas? Todos miraban mis pechos que se escondían bajo el sujetador blanco que debería quitarme. Por mi parte, observaba directamente y reflejado en los espejos a los lacayos del capitán, que no cesaban de observarme. Por favor, por favor, por favor¡¡¡ – Expresé en voz baja mientras mis manos se echaban hacia atrás para soltar el broche y dejar mis pechos al descubierto. Entregué entre lágrimas el sostén a Borlanes. Quien de inmediato miró la talla. Mis manos se afanaron en tapar mis pechos, aunque eso no detuvo las miradas. Nunca entendí las putas tallas de sujetador, pero pone 110. Debe ser de los más grandes – Dijo burlándose. --Vamos preciosa. Enséñanoslas. Soy un hombre comprensivo y nada celoso. Muestra esas tetazas a todos. Quiero presumir de novia. Hiperventilaba. Me sentía alterada. Mientras, Robry se acercó a mi y volvió a aconsejarme, con voz dulce que hiciera lo que me había mandado su jefe. Aunque formaba parte del grupo que había irrumpido en mi casa y estaban humillándome en toda regla, era el único que parecía tener corazón en aquella locura tan denigrante. Lentamente bajé las manos, dejando mis pezones al descubierto. Eso hizo que Borlanes tomara fuerza y continuase con sus improperios. Se levantó de su cómodo asiento y se acercó. Tocó con su dedo índice mi cara y fue bajando hasta llegar al comienzo de mi pecho izquierdo. De forma instintiva llevé la mano a él, impidiéndole que siguiese. Traedme unas esposas – Gritó de forma airada, ordenando a sus hombres que custodiaban la casa. A ver como uno de los guardianes traía las esposas pedí piedad de nuevo. Hice hincapié en mi nacionalidad y en que se marcharan de allí, cayendo todas mis súplicas en saco roto. De manera brusca, echó mis manos hacia atrás y apretó fuertemente las muñecas en cada uno de los aros que unía la corta cadena de amarre. Continuó con mi cuerpo por donde lo había dejado e inició el recorrido con su dedo, recorriendo mi pecho y bordeando el pezón, ahora sin dificultad. Astalán, imitó a su capitán por el otro lado, besando mi cuello, y siguiendo una mano por el otro seno y la otra acariciando mi trasero por encima de la falda. Mi cara hacía pucheros. Miré a Robry pidiendo que intercediese por mi, que hiciera algo y terminase con aquella locura, pero tan sólo miraba impasible. Borlanes y Astalán seguían jugando conmigo. Me manejaban a su antojo. Ya no sólo tocaban mis pechos de forma totalmente descarada, si no que sus manos se iban ya a la parte delantera de mi falda y se introducían por debajo de ella. Sentía un asco repulsivo al acariciar mis muslos. Notaba las manos que subían por mis piernas. A veces llegaban a tocar mis bragas. Intentaba flexionar las rodillas para evitarlo y un par de veces me tuvieron que levantar. Aquello volvió a enfurecer al capitán que volvió a abofetearme. Como vuelvas a tirarte al suelo haré que tu rastro desaparezca para siempre. – Replicó mientras mostraba su agresividad ante mi. Por favor, por favor¡¡¡ Ayúdeme¡¡¡ – Pedí a Robry sin apenas mover los labios, esperando de manera inútil que hiciera algo por mi.. Lejos de ello, noté en sus ojos una cierta mirada de deseo al contemplar mi torso desnudo. El capitán se acercó por detrás y me agarró los pechos con fuerza, desplazándome por el salón hasta situarme en una situación en la que sus hombres pudieran mirarme y a la vez reflejarme en el espejo para que yo misma lo viese. Su mano descendió hasta el bajo de la falda y la subió lentamente, para regocijo de los espectadores a los que la máxima autoridad les había permitido asistir. Vi reflejadas mis piernas en el espejo. Mi cabeza cayó hacia detrás en señal ya de sumisión, pidiendo casi de forma muda que aquello parase. Llegué a ver mis propias bragas. Dejó caer la falda bruscamente. Volaba con facilidad. Era ligera y holgada.. No era provocativa, pero tampoco demasiado recatada. Apenas me llegaba a las rodillas. Me dio un azote en el culo y me agarró por las caderas. Sin mediar palabra empezó a palpar mi cintura hasta encontrar la hebilla que la sujetaba. La soltó y la dejó caer. Un gurruño de tela azul, que había sido mi falda instantes antes, quedó enredado en mis tobillos Entre mis ojos turbios miré al espejo. Tan sólo estaba cubierta por unas pequeñas bragas blancas, de tiro más bien bajo, estilo brasileñas. Siguió acariciando mi cuerpo, mis pechos, mis piernas, susurrándome cochinadas al oído, todo ello, delante del espejo para que tanto yo, como el resto de los allí presentes, pudieran observarlo. Había oído relatar los desmanes que Borlanes había cometido en las casas que asaltabas. Robos, abusos de autoridad y alguna violación, aunque jamás pude imaginar que aquello me tocaría a mi. Miré de frente. Todo mi cuerpo se reflejaba en el espejo. Era, sin duda, la protagonista de un grotesco espectáculo. Todo mi cuerpo desnudo, con mis pezones en punta por la tensión, y mis pequeñas bragas que se introducían ligeramente entre mis labios vaginales, haciendo que se remarcasen más. Noté otra mano detrás. Pensé que sería el cabestro de Astalán, pero mi sorpresa fue mayúscula, al saber que quien acariciaba mi culo no era otro que Robry. Aquel joven, que se había convertido en mi único aliado en aquella cruel noche, estaba acariciándome también. Di un grito de desesperación, aunque de nada sirvió. Imagino que todos estaban acostumbrados a ellos. Acarició mi busto, mi trasero y se entretuvo en mis bragas, donde pasó su dedo por la comisura de mi abertura vaginal. Robry. Le concedo el honor de quitárselas. Eso si, que lo veamos todos. No lo haga, por favor, no lo haga¡¡¡¡ – Fui diciendo mientras mi última prenda se deslizaba entre mis piernas, dejando al descubierto mi sexo, ante la atenta mirada de todos los que allí se encontraban. Su novia tiene un coño precioso – Expuso Astalán a Borlanes. Veía la cara de deseo de todos. Mi sexo, con una fina línea de pelo cubriendo la parte alta de mi sexo, sobre lo que hizo un nuevo comentario grosero el capitán. Gloria. Eres preciosa – Comentó el capitán mientras giraba a mi alrededor contemplándome por delante y por detrás. – No tiene usted ni una gota de grasa, ni señal de celulitis a pesar de tener 38 años. Un auténtico lujo para nuestros ojos. Otra vez, de forma brusca me agarró del brazo, llevándome el volandas y acercándome a sus lacayos, asegurándose que todos me vieran. Después, me dirigió a la mesa del comedor, donde de un fuerte manotazo tiró los adornos que allí se encontraban para despejarla. Me tomó en volandas y me tumbó sobre ella. Con las manos atadas quedé en posición fetal, con las rodillas semiflexionadas, intentado tapar mi parte más íntima. Sabía lo que aquello significaba. Se iba a abrir el coto sobre mi cuerpo. Aquellos malnacidos iban a abusar de mi. Ábrete de patas, zorra¡¡ – Ordenó tirándome del pelo y agarrándome una de las rodillas – Astalán, sé que tle gusta esto, así que puede comerle el coño a mi novia No, por favor, no, no, no. – Dije pasando mi voz de voz baja hasta gritar, y viceversa. Robry colaboró separando la otra pierna. Pude ver mi clítoris reflejado. Todos lo debieron contemplar. Astalán se acercó a mi y al instante sentí su lengua que recorría mi vulva. Giraba mi cara. Era el propio oficial quien me agarraba las piernas mientras su cara se topaba en su confluencia. El capitán me acariciaba la cara y me besaba mientras que hasta entonces, el “bueno” de Robry, acariciaba mis pechos con una mano y con la otra tocaba sus partes. Yo me revolvía, me giraba, intentando zafarme con cortos movimientos de rechazo. Protestaba y me lamentaba. Sabía que era inútil, pero intentaba no mirar y al menos conseguía resistirme un poco, aunque sin ningún éxito. Imagino que además, aquello provocaba más deseo en ellos. Estarían así no más de cinco minutos aunque a mi me pareció una eternidad. Estaba totalmente expuesta a todo lo que deseasen los tres oficiales y a las miradas de los cuatro lacayos. Pararon justo cuando Borlanes les dijo amablemente que se desnudasen para disfrutar de mi. Momentos después, ellos estaban tan sólo con el boxer. El capitán volvió a agarrarme con fuerza, esta vez por el brazo e hizo que me arrodillase. Sacó su miembro y lo dirigió hacia mi boca. No lo acepté. Le miré a los ojos, con los míos inundados de lágrimas y suplicando que me permitiera no hacerlo. Su respuesta fue empujar mi nuca hacia su miembro. Mantuve la boca cerrada hasta que un tirón de pelo me hizo volver a la realidad. Chupa zorra, chupa ¡¡¡¡ – Empezó a decir con voz rápida – Chupa si quieres vivir, zorra¡¡¡ Por supuesto que quería vivir. No supe lo que me hacía subsistir en esos momentos, pero acepté y mi boca se abrió para que su pene se colase en ella. Me daba un asco tremendo, pero acepté con tal de salir ilesa de aquel penoso incidente. Esperaba que nadie se enterase jamás de aquello, y sobre todo Adrián, que sufriría considerablemente si sabía que había sucedido aquello. Empezó a jugar con su miembro, jugando con mis labios, antes de introducirla en mi boca. Me hacía lamerla, sacar la lengua y trabajarlo. Cuando su excitación fue a más, agarró fuertemente mi cabeza y el pelo, iniciando un rápido mete y saca con mi garganta como destino final. Sabía que estaba muy caliente, pero esperaba que antes de llegar la sacase de mi boca. Era algo que me daba muchísimo asco. Jamás se lo permití a Adrian, único hombre con quien había estado en toda mi vida. Para mi sorpresa y desgracia, noté como un enorme chorro llegaba a mi garganta, lo que me provocó unas arcadas y casi llegar a vomitar. Vi desde el suelo, donde había quedado tumbada como se vestía. Sabía que mi calvario no había terminado aún, pero si que un viejo como él no tendría la capacidad de volver a tener una erección. Seguí tumbada, gimoteando, esperando que alguno de los dos oficiales viniera a buscarme y me obligara a tomar alguna posición. Fue quien esperaba y tal como lo esperaba. Astalán se acercó a mi y me llevó a la mesa. Ahora parecía más amable. Robry le ayudó a situarme a su gusto. Me dejó tumbada, con el borde situado a la altura de mi rabadilla. Eso le permitía manejar mis piernas y dejarme a la altura justa para que nuestros sexos se juntasen. Robry. Ya sabes lo que me pone. Haz que te haga una mamadita. Luego te cederé el culito. Tiene un tipazo y un culito respingón. Tu compañero siempre te apoya en todo, ya sabes. Aunque esta preciosidad nos complacerá a todos. Me pone......... Por favor. Paren ya. Váyanse, se lo pido por favor – Dije sin dar crédito al cambio que había experimentado el oficial Robry. Noté como su miembro refregaba mi sexo. La notaba dura y no tardó en encajarla y comenzar su penetración. Rodry volvió a tocarme los pechos, haciendo hincapié en los pezones, de la misma forma que lo había hecho un rato antes, sólo que ahora, llevó mi boca a su sexo y me lo introdujo en ella. Me sujetaba con sus manos por los cachetes y hacía ásperos movimientos para introducila lo más adentro posible. Casi ritmicamente, su compañero hacía lo mismo. Me daba el mismo asco que hacerlo con su jefe, pero sabía que si terminaba con ello, mi calvario habría terminado. Astalán estaba muy excitado. Su calentón era tal que sabía que no tardaría mucho en llegar al final. Robry miraba a su compañero, contemplaba la penetración para irse excitando más. Ahora no veía nada más que su vientre desnudo, pero podía escuchar perfectamente sus jadeos y el aumento de su respiración. Me dolía la penetración. Astalán tenía un miembro grande, y a pesar que se había encargado anteriormente de lubricarme, mojándome con su boca en mis partes más íntimas, me molestaba sobremanera. En cualquier caso, no era el daño físico el que más me dolía. La humillación de ser violada, delante de aquellos subordinados era lo peor. Noté que estaba a punto de llegar a su orgasmo. Quería que lo hiciera y terminase de una vez. No tardó en hacerlo. Sentí un chorro caliente, un golpe de calor que me hizo llorar, no sé si de humillación o de alivio. Repitió la escena que su jefe había realizado anteriormente. Procedió a vestirse. Mientras, Robry, aquel joven oficial que me había aconsejado obedecer a su superior, haciéndose pasar por un buen hombre, iba ser el tercer hombre en violarme aquella noche. Ya sabía, por los comentarios anteriores que el objetivo, en este caso, iba a ser mi recto. Me levantó de la mesa y me colocó de pie, me giró y me tiró sobre ella, quedando mis pechos aplastados por el peso de mi cuerpo. Separó mis cachetadas y dejó a la vista mi ano. Miré al espejo y pude observar como lo hacía. Mojó de saliva su dedo y lo mojó como paso previo a su penetración. Sabía que me dolería, lo sabía, pero no que iba a ser tan duro. También con un miembro bastante más grande que el de mi marido me penetró por detrás. Grité, lloré y supliqué, tanto antes como en el momento en que se produjo la invasión de mi recto. Caí rendida sobre la mesa. Dejé de mirar el espejo y agazapé mi cabeza y la uní a la madera. Me habría gustado tener los brazos libres, no para agredirme, si no para protegerme entre ellos. No quería pensar en lo que me estaba sucediendo. Notaba como me desgarraba en cada vaiven. Levanté la vista y vi que todos los hombres estaban más relajados. Ahora sonreían más. Yo me sentía abatida. Sin duda, el aguante del joven oficial estaba destrozando mis entrañas. Quería que acabase, se marcharan todos de allí, y pensar qué hacer. Tal vez, tomar el primer avión a la mañana siguiente. Por fin llegó el momento. Otra vez sentí un chorro igual de caliente que los anteriores, sólo que ahora, había sido más abundante y dentro de mi ano. Seguí clavada en la mesa mientras él se separaba. No tenía fuerzas morales para levantarme. Pensaba que todo había terminado, pero aún quedaba una sorpresa. Las palabras de Borlanes me dejaron sin habla. Chicos, no tenemos toda la noche. – Dijo dirigiéndose a sus lacayos. – Jugároslo a los chinos. Sólo uno de vosotros podrá follársela. El otro día, cuando estuvimos con la hija de Smith tardamos demasiado, así que hoy sólo uno. Empezad a jugar. Oía las voces diciendo números. Seis, ocho, cinco...................... Los cuatro hombres eran de distintas edades. El mayor rondaría los sesenta años, unos diez más que el capitán, uno con aspecto aniñado, de quien dudaba que llegase a la mayoría de edad, y los otros dos más o menos como yo, con tres o cuatro años de diferencia del uno sobre el otro. Me sentaron en el sofá. Sin demasiado interés por quien sería el siguiente iba siguiendo su juego. No tenía preferencias en quien fuese, aunque no quería que me tocase ni un viejo, ni un crío. Aunque estaba abatida y humillada, no quería aumentar el morbo de aquellos cretinos, y que pudieran ver a una mujer madura con un jovencito o con un viejo. Sé que debería resultar intranscendente para mi, pero no, no quería que aquello sucediese. El sesentón cayó eliminado en la primera ronda. Después el cuarentón más joven. Quedaron el joven y el otro hombre de mi edad. Sólo quería que perdiera el chico. Dos – Dijo el chico. Una – Respondió su contrincante. Las manos se abrieron, conteniendo una moneda cada una de ellas. El muchacho había ganado. Se sentía grande ante los demás. Borlanes me hizo ponerme en pie y los ojos del chico me recorrieron de arriba a abajo, sin duda, con mucho mayor interés que hasta entonces,sabiendo que iba a hacerme suya. Era su botín, su premio. Los compañeros se pusieron a jalearle con barbaridades como enséñale a la madurita lo que vale un nene, hazla mamá, y burradas similares. Que la chupe primero y después te la cepillas. – Ordenó su jefe de forma benevolente haciéndome arrodillar. Empecé de nuevo con otra felación. El joven estaba muy excitado. Sabía que si me esmeraba podía conseguir que corriese en mi boca y evitar así tener sexo vaginal, pero ser viraron mis ilusiones al saber el propio joven que iba terminar su oportunidad. Mandó que me parase y me tomó del brazo hacia el sofá. Hizo separar la pierna que caía al suelo. Estaba desnudo y sin mediar palabra me penetró. Mis pechos, libres al estar mi mano en la espalda quedaron a su merced, lamiéndolo y mordiéndolos con poca suavidad y una cierta agresividad. Continuó su juego. Afortunadamente no tuvo gran resistencia y por cuarta vez aquella noche, recibí una manguerada de semen, esta vez en mi vagina. Todo parecía haber terminado. Sólo quería que se marchasen para al día siguiente poderme marchar, aunque no esperaba la última jugada de Borlanes. Gloria. Me llevo tu pasaporte. En un par de días pásate por mi despacho y te lo devolveré. También tu ordenador. Espero que sobre lo sucedido esta noche aquí, no le digas nada a nadie. Es una advertencia¡¡¡ – Dijo en tono amenazante. – Y por último, sólo decirte, que una mujer que folla con tantos hombres no me interesa como novia. Mejor vuelve con tu marido, o simplemente sigue con él. No me he creído que lo hayáis dejado. Minutos después me encontraba sola en la casa, desnuda, con la ropa tirada en el suelo y tan sólo el recuerdo mental y físico de lo que allí había sucedido aquella noche. Isabelcani

lunes, 28 de octubre de 2019

Mal atendida

Mi nombre es Samantha tengo 29 años y hace 13 que estoy con el único hombre al que me entregue , bueno hasta que sucedieron algunas cosas y termine en los brazos de un amigo. El color de mi pelo es caoba , ojos verdes , soy algo bajita , senos pequeños y mi cola mmm , la tentación de muchos hombres , para algunos soy un poco agreta , para quienes me conocen saben que es mi forma de ser , no le doy confianza a quienes no se la gana , y una broma de alguien que no me cae es una ofensa , que me digan como de quien les voy a contar me dice “Con todo eso , como para que no digan que suerte que tenes” , o “Hay nena conseguite un novio que con la suerte que tenes seguro que tu novio no te coje nunca” . Todo empezó en una fiesta a la que fui con un amigo , Manuel , después de bailar estar abrazado y tomar mucho esa noche , fue la de mi primera infidelidad pero no voy a referirme a eso en este relato , sino ha algo que sucedió hace unos días , como habrán notado estoy con mi pareja desde que tenia 16 años y antes de eso solo había estado noviando con 2 chicos con los que no paso nada solo unos besos , los años fueron pasando y la pasión se fue acabando , aunque pensándolo bien nunca fue algo muy eufórico , solo sexo normal , ninguna pose complicada , ni lugares extraños , actualmente pasan semanas sin que lo hagamos , no es que nos llevemos mal al contrario , compartimos muchas cosas nos divertimos juntos , salidas comidas y alguna peleita también , pero ni siquiera la reconciliación nos daba la pasión necesaria para terminar teniendo sexo . Después de esa fiesta donde termine estando con Manu las cosas cambiaron en mi vida , hacia años que no gozaba del sexo y de llegar a un orgasmo nunca habia sabido que era eso . Hacia tiempo que no veia a Manu , y unos días que estaba algo deprimida , lo único que me mantenía era Porneia algún relato y la entrevista a Cachorrita Yuri que me había puesto de la cabeza , primero fueron los relatos y mis deditos , que no se quedaban quietos , después el chat sobre todo el de la pagina donde entre lo que leía y las cosas que me decían los usuarios me ponían a mil , un día le conté a una amiga lo que me venia pasando con mi pareja , cosa que no le extraño mucho y no se porque , si se exalto cuando le dije que me mojaba de solo pensar en Manu - Hay nena que decís - Pero es cierto , es un dulce - No , eso , me estas diciendo que te calienta - Si me calienta que queres que te diga - Pensa en Gonzalo y sacate a Manu de la cabeza - No puedo cuando me besa me vuelve loca - Que decís Sam - Eso , cuando me besa me tiemblan los pies - Supongo que termino todo ahí no? - Si claro , que pensas? - No se , mas sabiendo… - Sabiendo que? - Nada, nada - Ahora me decis!!! - Que sos especial para el - Eso te dijo? - Si pero deja todo ahí y explícame lo del beso o fueron varios - Mmm algunos Después de eso le invente una historia de algunos besos que nos dimos y que hasta habías llegado a algunas caricias pero que había terminado todo ahí , recibí un reto interminable de mi amiga y que no debía hacer esas cosas , que arruinaría tantos años con Gonza por solo una calentura del momento , que me hubiese dicho si le contaba la verdad que no solo una vez había estado con el sino que fueron tres las veces que mi cuerpo no resistió la tentación . Realmente creo estar enamorada de el , pero al igual que yo tengo mi pareja , el esta casado y por mas que dice que esta mal con su esposa , esa es la frase mas dicha por los hombres para que nos olvidemos de que estan casados , hacia mas de un mes que con Gonza no hacíamos nada y entre los relatos de la pagina y la constantes insistencia de Manu , estaba siempre prendida fuego , y se me había echo común el tocarme , en el ultimo tiempo eso fue creciendo y ya me masturbaba mientras leía , por las noches cuando mi hombre dormía , hasta llegue a tener sexo virtual un par de veces con quien recién conocía . todo esto hizo que mis ganas se incrementaran y deseara cada día con mas pasión entregarme por completo a Manuel . Un fin de semana Gonzalo decide salir con sus amigos a Mardel y yo quedaría sola desde el viernes por la tarde hasta no se que horas del domingo ,lo primero que se me ocurrió el sábado después del medio día , fue entrar a Porneia y a mi face vi una foto de Manu y no resistí ponerle algo , lo primero que se me ocurrió decirle fue , me tenes olvidada , y me puse a leer en la pagina fui directo a infidelidades , casi como una coincidencia encontré un relato donde la protagonista , la pasaba muy bien, con un amigo mientras su esposo salía de viaje mi imaginación no tardo en imaginarme junto a el , pero algo mejor que eso me estaba por pasar un mensaje privado me decía . - Nunca podría olvidarte y menos después de lo que vivimos juntos El leer eso me puso , súper mojada y me contuve de decirle que me moría porque vuelva a pasar , lleve mi mano a mi entrepierna y empecé a acariciarme segundos mas tarde llega un nuevo mensaje diciendo - Quien debe tenerte abandonada es tu novio - Y quien te dijo que me tiene abandonada? - Nadie solo lo imagino - Imaginas mal y yo dije olvidada no abandonada - Ah entendí mal , pero estoy seguro que si, no estas bien atendida - Ah no? Y vos me atenderías bien - Note gusto cuando lo hice - Me encanto , me volviste loquita Cada mensaje me entregaba mas ya le había dicho que lo había pasado de maravillas y que en vez de evitar el tema lo iba interiorizando . - Necesitas atención mi amor No conteste nada y solo un jeje me salio de respuesta , tenia bien en claro que deseaba volver a revivir lo sucedido , me invito a tomar algo y le acepte sin peros , me pregunto donde nos encontraríamos y le dije que pasara por casa que estaba sola , pero no le dije que lo estaría hasta la tarde del día siguiente ya eran las 4 de la tarde y habíamos quedado que en una hora pasaría por mi , si quería ir con el a algún lado a tomar algo , pero antes debía, quería algo mas hoy las cosas serian al revés primero me sacaría esas ganas locas que tenia y después si a divertirnos , coloque todo lo que me pondría en el sillón del living muy cerca de la PC donde deje en pantalla el relato que había leído anteriormente , escuche el timbre y entre al baño a darme una ducha , siempre he sido puntual pero hoy eran otros mis planes entre bajo el agua y me moje , sali , tome mi celu y le dije que en el potus junto a la ventana había dejado la llave que había venido una amiga y me había atrasado , al entrar se encontró con mi ropa sobre el sofá , un encantador conjuntito rojo y negro el mismo que había usado en nuestro primer encuentro , mientras estaba bajo el agua llego la primera pregunta. - Y Gonza donde esta - Se fue y me dejo solita , a merced de los lobos - Uhi , y muchos lobos te quieren comer - No se pero yo quiero que uno solo me coma - Seguramente que vas ha ser el manjar de ese lobo - Que tonta deje la ropa en el sillón - Si la estoy viendo , y hay algo rojo que recuerdo muy bien - Que recordas? - Que te queda hermoso , pero mejor es vértelo mientras te lo quito - Gonzalo no vuelve hasta mañana a la tarde Le conteste mientras salía del baño envuelta en una toalla , le pedí que me alcance la ropa y fui directo a mi pieza, la toalla apenas cubría la mitad de mi cola y al darme la vuelta le volví a pedir la ropa . - Lobito no me traes la ropa? - Queres te la llevo pero por un largo rato no vas a necesitarla - Ah no? - No tenes que quedarte como estas Yo parada junto a la cama esperándolo , aun con la toalla cubriéndome el cuerpo , entro detrás mío con mi ropa la puso sobre una silla y se me fue acercando cuando lo tuve frente a mi deje caer la toalla para quedar completamente desnuda ,me beso apasionadamente nuestras lenguas lucharon por seguir unidas sus manos jugaron con mis pequeños senos, su boca fue recorriendo mi cuello y yo entregada completamente a el , me sentía segura protegida en sus brazos , me sentó en la cama y me recostó , siguieron sus besos y sus caricias me sentía fuera de mi , eran solo eso, caricias , mimos , abrazos , cosas maravillosas que me faltan cuando estoy con mi pareja esas cositas que te excitan mas que ser penetrada , la previa , en este caso yo completamente desnuda y el , volviéndome loca se quito la camisa y la remera todo junto separo mis piernas y se hundió entre ellas , ahí siiiiiiiii que rico se sentía eso gemía y me retorcía , su lengüita me estaba desarmando , sus deditos formaban círculos en mi clítoris giro tras giro hasta que los sentí entrar , fue fantástico , quiero mas , si mas pensaba por dentro quiero sentir tu verga dentro mío quiero ser tu hembra y sin pensarlo grite en vos alta. - Si mi amor cojeme ya no aguanto mas meteme tu verga - Mmm , esta mujercita esta algo desesperada - Ahí si no seas malo cojeme quiero que me hagas todo - Todo? - Siiiiiiiiiiiii!! Todo lo que quieras soy tuya - Parece que esta dama le falta atención - Ahí si me tienen abandonada Subió a besarme y le desprendí su pantalón para dejarlo caer baje su slip y tome su verga , todos esperaran que le diga que era inmensa que mucho mas grande que la de mi novio pero no si era normal y Gonzalo la tenia mucho mas grande y grueza pero en solo unos minutos y sin siquiera penetrarme ya estaba gimiendo como una perra , tome su verga y la lleve a mi boca , casi nunca se la chupo a mi pareja pero hoy , me sentía toda una puta , mis aires de señora pulcra se habían quedado en otro sitio , después de mamarlo por un rato levante la vista para verlo para decirle que quería sentir su pija dentro mío , me levante con su ayuda , mis rodillas estaban rojas y eso que estaba en la alfombra , me puso de espaldas y con las manos en la cama separo mis piernas y sin darme cuenta ya la tenia clavada , los dos estábamos desesperados la pasión nos había desbordado siempre nos cuidamos pero hoy estaba muy caliente y a el ya lo había puesto en llamas era tarde para arrepentirme , mientras era presa de sus arrebatos , sus dedos ponían mi clítoris a punto de explotar , me la saco pero seguía acariciándome la conchita , y con la otra mano entro a sobarme el culo uno de sus dedos recorría mi zanjita , se detenía en mi orificio y me apretaba mojaba su dedo en mi vulva y lo pasaba en mi culito . - Que hermosa colita que tenes mi amor - Ahí si te gusta? - Me encanta , me vuelve loco , me la vas a dar? - Todo lo que me pidas te doy Separó mas mis piernas y ensalivó su mano tomo mas jugos de mi conchita y apoyo su cabeza justo en la entrada , ya estaba lista a entregar mi tesoro mas preciado . - Despacito , por favor - Si mi amor muy suave , tan suave como vos - Te quiero… es mi primera ves así Beso mi cuello acaricio mis senos , mi vulva , se tomo todo el tiempo , me la volvió a meter en la conchita , uno de sus deditos me indicaba que ya era el momento cerré los ojos apreté los dientes y no pude mas que cerrarme - Tranquila sin miedo que no pasa nada - Hay si me duele - Queres que me detenga? - No, seguí , quiero hacerlo - Entonces tranquila y relajate Tenia su trozo en mi cuevita se salio para hacerme suya para que mi virginidad anal se acabase y así fue , sentí su cabeza penetrarme estuvo así unos segundos y la fue deslizando hasta clavarme bien profundo , hay era un dolor distinto me gustaba ese dolor disfrutaba lo que estaba haciendo . - Jamás me imagine que era tan perra y tan puta - Queres ser mi perrita - Hay siiiiii - Veni a la alfombra que voy a cojerte como perrita - Siiiiiiiiii que perra puta que soy , me quedo sola y estoy a cuatro patas , con un amigo y ensartada por el culo . - Nooo!!! Sus una mujer que quiere que la amen , que le presten atención Tomada de la cintura y siendo estimulada en mi parte mas erógena me estaba por correr , acelero su estimulación y explote al sentirme desbordada, me desplome mis codos fueron mi sostén y el acabo en mi culito , me dio un par de bombeadas bien profundas y se aferro a mi , después de unos minutos siendo su prisionera, sin sacarlo nos levantamos al querer recostarnos se salió de mi interior , me acosté sin dejar de mirarlo , separe las piernas y con mi mirada le dije que estaba dispuesta a todo , que hoy seria toda suya , se acostó sobre mi , con mimos y susurros me fue maravillando , lo sentí nuevamente dentro mío después de tenerme a su disposición por largo rato me encogió las piernas para llegar mas profundo . - Hay siiiiii , quiero que me llenes de lechita siiiiiiiiiii Me estaba dando su segunda acabado dentro de mi vulva algo que hacia años no senita , se vació en mi , pero aun me faltaba para llegar a lo mas alto , pero no se detuvo siguió cojiendome ayudándose con sus deditos hasta hacerme correr , el calor de su semen mezclado con mis jugos me hicieron retorcer gemir y hasta gritar de placer , descansamos un rato y nos duchamos . Salimos a cenar y claro que regresamos a casa a pasar la noche juntos he hicimos algunas otras cositas , pero si algún día llego a contarlas será en otro relato , eso si después de ese día , deje de estar mal atendida .
Samantha